¿Cómo cultivar arándanos en casa? 6 pasos para plantarlo en maceta

Los arándanos son unas deliciosas bayas que tienen varios beneficios para la salud, desde una importante cantidad de antioxidantes, vitaminas del complejo B y C y minerales como manganeso, potasio, hierro y calcio, además de fibra alimentaria. Su consumo está principalmente relacionado a la protección de la salud cardiovascular, pero en realidad, es ideal para prevenir la diabetes o el Alzheimer, entre muchas otras enfermedades.

Su consumo ayuda a tratar las infecciones urinarias, debido a sus ácidos orgánicos que frenan la proliferación de bacterias en la orina, mientras que sus flavonoides evitan que los malos microorganismos aumenten. Además, los arándanos también son excelentes aliados de las dietas de adelgazamiento, pues gracias a su aporte de fibra tienen un efectos saciante, ayuda a regular el tránsito intestinal y a eliminar más rápido la grasa.

Por otra parte, sus antioxidantes también protegen la salud ocular evitando problemas como cataratas, degeneración macular o retinitis pigmentaria. Para que aproveches todos estos beneficios, hoy te decimos en 6 pasos cómo cultivar un arbusto de arándanos en maceta para tu huerto urbano, con los que podrás tener una guía sencilla de sus cuidados y lo que necesitas para tener tus propios frutos en casa.

Cómo cultivar arándano en tu casa

1. Elige la planta

El arándano es un arbusto que comienza a dar frutos a partir de sus tres años de vida, por lo que es ideal que tomes en cuenta este detalle al momento de comprar tu plantita. Además, toma en cuenta que se da mejor en grupo que en hilera, por lo que podrías plantar varios arbustos juntos, según el espacio que tengas.

2. Maceta

Las raíces del arándano son fibrosas y superficiales, pero basta con un contenedor o maceta de 20 litros para comenzar, una vez que madure, a partir de su cuarto año de edad, se aconseja cambiarla a una más grande, de unos 60 a 75 litros.

3. Sustrato

Es importante considerar el sustrato de los arándanos, ya que sus raíces tienen poca capacidad de absorción y esto les hace necesitar suelos arenosos y un pH ácido, que vaya entre el 4.5 y 5 (puedes usar un poco de turba u hojas de pino para bajar el pH). También se aconseja colocar heno al fondo de la maceta para protegerla del frío y usar algún abono natural como humus de lombriz para nutrir la tierra.

4. Planta el arándano

Una vez que hayas hecho el hueco en la maceta, saca tu planta y abre un poco las raíces para que al crecer se expandan a los lados y no crezcan apelmasadas. Introduce la planta y llena alrededor de tierra, sin compactar, dejando que esté suelta, luego riega para que comience a establecerse. Al final añade un alcolchado para mantener la humedad y evitar que se formen hierbas malas alrededor.

5. Riego

Al arándano le gusta el riego constante, así que procura mantener un buen nivel de humedad siempre, si la tierra se seca es probable que tu planta se seque. Es importante cuidar este detalle especialmente en verano y añadir un poco de potasio.

6. Iluminación y viento

Al arbusto del arándano le gusta la luz del sol, pero no directa ni es tan resistente al calor ni a los vientos fuertes, así que procura tenerlo en un lugar donde reciba buena iluminación, pero que esté protegida del viento y de los rayos directos.