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Clases de cocina básica: Consejos para evitar que la pechuga de pollo te quede chiclosa

Descubre cuáles son los factores que influyen en la textura de la carne de pollo y cómo evitar que esta quede gomosa.
miércoles, 30 de noviembre de 2022 · 15:52

Aunque el pollo es bastante fácil de cocinar hay una característica que es muy común encontrar en los platos que contienen este tipo de carne y es que si el pollo no se cocina bien, su carne puede resultar bastante gomosa o chiclosa. Si quieres evitar esto, nosotros te explicaremos a qué se debe está característica y cómo prevenirla fácilmente. 

¿Por qué el pollo queda chicloso?

Lo primero que debes de saber es que el pollo puede quedar gomoso o chicloso debido a la falta de humedad en la carne, incluso si se cocina el pollo en agua. A menudo al cocerla, nuestra carne puede llegar a perder agua sin importar si la cocción se da en líquido, esto se debe a que las las fibras de la carne van a contraerse y expulsar su humedad natural en presencia del calor

Es decir, una de las principales causas para que la carne de pollo quede gomosa o chiclosa es la sobre cocción, si cocinamos de más nuestro pollo lo más probable es que este pierda demasiada humedad y la carne obtenga una textura no muy agradable, otra forma de que nuestro pollo quede gomoso es no cocerlo lo suficiente, la carne cruda también tendrá una textura muy chiclosa al comerla. 

¿Cómo evitar que el pollo quede gomoso?

La única forma de asegurarte que tu pollo quede en el término correcto, bien cocido, sin perder jugo y con una textura agradable para nuestro paladar, es cocinarlo siempre a la temperatura adecuada, está es justo por encima de los 75° grados centígrados, de esta forma nos aseguramos que el pollo queda bien cocido y que la carne tiene una temperatura de consumo segura

Debes de tomar en cuenta que las piezas gruesas necesitarán más tiempo para cocinarse. Foto: Pixabay

Por supuesto esto requiere qué controles bien la temperatura interna del pollo, si no tienes un termómetro de cocina a la mano debes de tener en cuenta que cada pieza de pollo se cocina de forma diferente y a tiempos diferentes, por ejemplo freír un filete de pollo es mucho más rápido que cocinarlo en agua caliente, no obstante también tienes que tomar en cuenta que las piezas gruesas de pollo requieren más tiempo de cocción, por eso al cocinar este tipo de carne considera tanto el tamaño cómo el tipo de cocción y así obtendrás piezas siempre perfectas. 

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