Freír alimentos en la cocina, lo creas o no, suele ser todo un arte. Para empezar, porque tenemos que cuidar que todo quede en su punto, que no se quemen o que simplemente nos queden justo como deseamos. Además de la calidad del sartén y de los niveles de fuego usados para todo, pues desde luego que el aceite juega un papel fundamental a la hora de obtener los resultados y las consecuencias de salud a lo largo de la vida.
Y es que pareciera inofensivo, pero es un hecho, que a la larga el uso de aceite podría impactar nuestra salud de diferentes maneras. Lo bueno, que existen diferentes tipos de este ingrediente; todos vienen de diferentes plantas, semillas o frutas, que los hacen ligeramente más saludables, según su contenido nutrimental, concentración y manera de consumo. Así podemos elegir cuál es el mejor para nosotros.
El asunto con los aceites nitrogenados, la mantequilla o margarina en barra o incluso el aceite de palma o coco es que contienen mucha grasa saturada y lo que buscamos para el bienestar del corazón y nuestra salud cardiovascular, es que tengan menos grasas trans y saturadas, por lo que los vegetales suelen ser la mejor opción. En realidad, contrario a lo que pudieras pensar, sí hay varias alternativas, entre las que destacan: el de canola, girasol, maíz, cártamo, soja y maní.
Sin embargo, aún entre todas estas opciones, tanto la American Heart Association, cómo los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, aseguran que son 2 los que más se recomiendan a la hora de cocinar, debido a que son naturales y entre más frescos los encuentres, pues tanto mejor. El asunto con estos es que aún sus versiones comercializadas son una buena opción para tu salud. Así que ¡toma nota!
1. Aceite de oliva extra virgen
Para muchos expertos este es el aceite ganador, puesto que no hay otro que siquiera se aproxime a la prevención y tratamiento de enfermedades crónicas. Esto se debe no sólo a sus grasas monoinsaturadas, sino también a todos los antioxidantes que contiene, llamados polifenoles, los cuales, según diferentes estudios, combaten el daño celular y ayudan a evitar enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, algunos tipos de cáncer y la demencia.

2. Aceite de canola
Este tipo de aceite tiene apenas 7% de grasas saturadas y un alto contenido de grasas monoinsaturadas, omega-3 y fitosteroles saludables, que se saben, ayudan a reducir la absorción del colesterol en el organismo. Sin embargo, hay expertos que aseguran que se debe de usar antes de oxidar, puesto que a altas temperaturas libera algunos compuestos que podrían ser perjudiciales, cuando se expone a altas temperaturas.