Ingredientes ancestrales

Cuáles son las diferencias entre la cúrcuma y azafrán, aprende a diferenciarlos

Aunque muchos llegan a confundirlas, la cúrcuma y azafrán son dos plantas completamente diferentes
miércoles, 12 de enero de 2022 · 05:00

Aunque muchos llegan a confundirlas son dos plantas completamente diferentes. En occidente es común que a la cúrcuma se le denomine azafrán de la India, lo que ha provocado la confusión entre ambas. 

Para entender un poco más sobre sus usos y orígenes, a continuación, explicamos de acuerdo a lo que describe Larousse Cocina, cuáles son sus principales diferencias. 

Cúrcuma 

Planta herbácea de las regiones tropicales, de la familia de las zingiberáceas, utilizada como especia o como colorante. De ella se extrae la curcumina, colorante utilizado en lácteos, elaboraciones de confitería, bebidas y mostazas. Reducido a polvo, el rizoma de la cúrcuma, es más amargo que el azafrán, pero de un color análogo, entra en la composición del curry. La cúrcuma se utiliza sobre todo en el sureste asiático y en la India para preparar el arroz, las legumbres, las salsas picantes y los platos de pescado y marisco. 

Azafrán 

Planta bulbosa de la familia de las iridáceas, cuyos estigmas proporcionan una especia de renombre en forma de filamentos (hebras) pardos secos o bien de polvo amarillo-anaranjado y de olor picante y sabor amargo.  

El azafrán es originario de Oriente y fue introducido en España por los árabes. El de mayor prestigio es el de La Mancha, aunque también se cultiva en Italia, Grecia, Irán y América del Sur. Se precisan 60 mil flores para proporcionar 500 g de azafrán, lo cual explica su elevado precio y la aparición de sucedáneos como el alazor (o azafrán bastardo) o la cúrcuma (o azafrán de las Indias).  

En la Antigüedad y en la Edad Media, el azafrán desempeñaba una triple función: culinaria, mágica y terapéutica. Muy empleado en cocina hasta el Renacimiento como perfume y colorante, cayó en desuso en el siglo XIX.  

En la actualidad ocupa todavía un lugar de honor en muchas especialidades nacionales, sobre todo en la bullabesa, el curry, la paella y el risotto, así como en la cocción de los mejillones, de las carnes blancas y de las tripas. En los postres se utiliza como perfume.