Si eres intolerante a la fructuosa, te recomendamos seguir estos tips

Comer azúcar es uno de los hábitos más controvertidos que existen, no porque sea malo en sí mismo, sino por lo que podría implicar comerla en exceso. Seguro pensarás que obvio todos controlamos su insumo, sin embargo, lamentamos decirte que esto no puede ser más falso, pues amamos tanto su sabor, que básicamente se la ponemos a todo: Los postres, el café, el té, a algunos bocadillos y así un largo etcétera. 

Sin embargo, gracias a los nutriólogos y otros especialistas, sabemos que lo mejor que podemos hacer, es reclinarnos en la fructuosa, es decir el azúcar de las frutas y la miel, porque en teoría también nos ayuda a producir energía, pero de una manera más saludable y balanceada, pero ¿Qué pasa cuando por razones desconocidas resultas intolerante a la fructuosa? Seguro podría parecer un gran problema. 

La fructuosa o levulosa es un tipo de glúcido que se encuentra en los vegetales, frutas y miel. Es un monosacárido con la misma fórmula molecular de la glucosa, o sea, C6H12O6, sólo que con una estructura diferente, o sea un isómero de esta. Todas las frutas tienen cierta cantidad de fructuosa, que puede ser extraída y concentrada para hacer un azúcar alternativo. El disacárido llamado sacarosa o azúcar común está formado por la unión de una molécula de fructosa y otra molécula de glucosa. 

Por más natural que esta sea, hay personas que pueden tener una cierta intolerancia a este tipo de azúcar y esto podría desencadenar algunos problemas digestivos después de ingerir los alimentos que la contienen. Si la padeces muy probablemente sabes perfecto de lo que estamos hablando, pero si no: Podrías tener molestias abdominales, eructos,  flatulencias, diarrea, distensión o hinchazón abdominal, estreñimiento, periodos de diarrea con estreñimiento, naúseas, vómitos y un largo etcétera. 

También podrías saberlo si además de los malestares digestivos, presentas: Dolor de cabeza, depresión, fiebre, sensación de frío, llagas y úlceras en la lengua, disminución de la capacidad de concentración y atención, picores en la piel sin causa alguna, sequedad de piel, distintos tipos de dermatitis, queilitis, glositis, alteraciones menstruales, caída de pelo y debilidad de uñas, dolores musculares o  contracturas frecuentes. 

Sin embargo, para que evites esta y más  molestias, lo más saludable que puedes hacer es seguir estos consejos para que no te pegue fuerte ninguno de los síntomas que pudieran presentarse en tu cuerpo y si es posible, mejor los evites a toda costa. Y aunque sabemos que no puedes renunciar definitivamente a las frutas, seguro puedes evitar comer algunos alimentos que también la contienen, porque desafortunadamente no es exclusiva de los productos naturales, así que ¡Toma nota de estos tips!

1. No consumas más de 35 g

Rebasar esta cantidad implica que consumas, por ejemplo, una manzana un café con dos cucharaditas de azúcar y un refresco. 

2. Mezcla  con verduras

Si combinas tu jugo de frutas con el de verduras aumentarás la proporción de fibra y reducirás la velocidad de asimilación de los azúcares. 

3. Elige endulzantes alternativos

La estevia es un endulzante natural que es libre de fructuosa ¡Ve por ella!

4. ¡Cuidado con los jugos!

Los jugos de fruta son ricos en fructuosa. Sobre todo el de manzana, pera, mango y piña. Si consideras que presentas síntomas de intolerancia a la fructuosa, acude con un médico para que te haga una revisión y pueda diagnosticarte.