¡Evita insectos! Te enseñamos a conservar tus harinas frescas

La harina es un ingrediente indispensable en la gastronomía mexicana. Se puede utilizar en diversos platillos y, sobre todo, en la repostería, pues se agrega a pasteles, panes y galletas. Actualmente existen diferentes tipos de harina, las hay de coco, de tapioca, de maíz, de trigo y hasta de amaranto; sin embargo, conservarlas en buen estado no siempre es una tarea fácil. 

Son muy pocas veces las que nos dicen que la harina tiene que almacenarse con ciertos cuidados para evitar que se formen larvas o insectos como gorgojos de harina; sin embargo, este es un problema muy recurrente si no se tiene el cuidado necesario. Por eso, para evitar que tu alacena se llene de insectos, te compartimos algunos trucos para almacenar la harina de manera correcta. 

Usa recipientes herméticos 

Una de las principales razones por las que la harina se hace rancia es el aire. Por eso, lo más recomendable es almacenarla en un recipiente completamente hermético para evitar que el aire, la humedad o los insectos entren en ella. Procura que el recipiente quede lleno y así tus harinas durarán durante más tiempo. 

Conserva en un lugar seco y fresco 

Como dicen las indicaciones, entre más fresco y seco sea el lugar donde almacenes este ingrediente, mejor. Pues de lo contrario, la harina podría ponerse rancia. La vida útil de este indispensable ingrediente es de uno a dos años si se conserva adecuadamente. Aléjala lo más que puedas de la estufa y la humedad.

Refrigérala 

Si compraste harina de más y no sabes qué hacer para que no se eche a perder, puedes refrigerarla. Antes de meter la harina al refrigerador, asegúrate de que esté bien sellada para que no esté expuesta a la humedad. Puedes envolverla en papel plástico de cocina para más seguridad. Otra opción es congelarla, igualmente bien sellada.