Truco infalible para pelar los garbanzos crudos o cocidos fácilmente

Ya sea que quieras preparar platillos como el falafel o el hummus, hasta cosas más sencillas como ensaladas y cremas o algo muy mexicano como un rico caldo de gallina, pelar los garbanzos se puede volver una molestia si estás habituado a hacerlo de uno por uno, así que aquí te decimos un truco infalible para pelar estas legumbres fácilmente y termines más rápido tus preparaciones.

Nuestro aliado nuevamente es el bicarbonato de sodio, pues tiene un efecto que ayuda a ablandar a la legumbre y desprender más fácilmente la cáscara o piel que recubre a este alimento lleno de proteína. También es importante que de alguna manera los garbanzos estén cocidos o precocidos, así que si los tienes duros, te decimos de qué manera puedes comenzar el proceso para agilizar su limpieza.

Recuerda que si quieres evitar gastar gas, conseguir que la legumbre se suavice más rápido y disminuir el tiempo de cocción para disfrutar más rápido de tus platillos, cuando prepares legumbres debes remojarlas en agua por una noche, esto ayudará muchísimo a que este producto vegetal comience a cambiar su consistencia sólida y además evitará que sufras de flatulencias y puedas aprovechar mejor sus propiedades nutricionales.

Truco infalible para pelar garbanzos

• Garbanzos cocidos

1. Ya sea que los hayas cocinado tú o los hayas comprado precocidos, lo ideal es escurrirles el agua y enjuagarlos con agua fría.

2. Sirve los garbanzos en un recipiente grande apto para el microondas y agrega 1 cucharadita de bicarbonato de sodio por cada 200 gramos de la legumbre (aproximadamente 1 taza), deja unos minutos hasta que estén tibios.

3. Coloca un tazón con agua caliente y sirve ahí tus garbanzos. Con cuidado de no quemarte mete las manos y frota la legumbre con suavidad, verás que la piel se desprende con facilidad.

4. Como la cáscara del garbanzo flota, deja unos segundos y con una coladera retíralas, así al final podrás desechar más rápido la piel desprendida.

• Garbanzos duros

1. Si la semilla está dura, lo mejor es dejar los garbanzos en remojo durante toda la noche, esto no sólo facilitará el proceso, sino que gastarás menos gas.

2. Escurre los garbanzos y con papel de cocina, límpialos para retirar el exceso de agua. Conforme los seques, pásalos a una cazuela.

3. Nuevamente, agrega 1 cucharadita de bicarbonato de sodio por cada taza de garbanzos, remueve para que se impregnen.

4. Coloca la cazuela a fuego medio, por aproximadamente 2 a 3 minutos sin dejar de remover, hasta que los garbanzos estén bien calientes.

5. Agrega agua suficiente para cubrirlos y deja a fuego medio por aproximadamente 5 minutos. Retira del fuego y espera a que se enfríe el agua.

6. Ya que el agua esté fría, frota con tus manos para desprender la cáscara de los garbanzos, ¡y listo!