¿Quieres tener siempre ajos frescos? Te decimos cómo cultivarlos en casa

El ajo es uno de los ingredientes que no puede faltar en la cocina ya que es indispensable para la elaboración de diferentes platillos, en especial de las salsa o base de los guisos que tanto nos gustan. Aunque el ajo es uno de los productos más sencillos de conseguir ya sea freso e incluso en polvo, tener a la mano una cosecha fresca nos ayudará a ahorrar un poco de dinero y de paso tener alimentos libres de químicos que se pueden cultivar sin complicaciones en casa. 

Para cultivar ajos no es necesario que cuentes con un gran espacio en el jardín e incluso si no tienes uno, esta es una de esas plantas que bien puede crecer en un maceta y no requiere de tantos cuidados como otro tipo de alimentos. Al ser muy resistente a diferentes temperaturas, esta siembra se puede hacer tanto en primavera como en otoño, así que no hay pretextos para que no comiences tu propio huerto en casa. 

¿Cómo cultivar ajo en maceta?

Lo que necesitas

• 1 cabeza de ajo
• 1 maceta de unos 20 cm de alto
• Tierra para plantas

OJO: Te recomendamos elegir una maceta alargada, de esta forma tus ajos tendrán el espacio que necesitan para crecer de la forma adecuada. 

Planta

Lo primero que debes hacer para comenzar con tu huerto de ajos, es tomar la cabeza del ajo y con cuidado separar todos los dientes, sin quitarles la cáscara. Este paso es muy importante ya que a partir de estos dientes comenzarán a nacer los nuevos brotes, así que identifica su parte baja (la más ancha) y su parte alta (termina en punta), ya que necesitas plantarlos con una buena orientación. 

Llena tu maceta con la tierra casi hasta el tope, ya que deberás dejar un espacio de más o menos un centímetro antes de que se llene por completo. En el centro de tu maceta abre una fila con tierra, la cual deberá tener una profundidad de unos 10 centímetros. Coloca tus dientes de ajo uno a uno, cuidando que estos queden con la punta hacia arriba y con una separación de 8 centímetros entre ellos. Cubre ligeramente con la tierra sin aplastar, esto permitirá que los nuevos brotes comiencen a crecer sin complicaciones. 

Cuida

Una vez que ya has sembrado tus dientes de ajo y tienes tu maceta lista, riega solo lo suficiente para humedecer la tierra, no es necesario que inundes tu planta. Coloca tu maceta en un sitio donde puede tomar los rayos del sol al menos un par de horas al día y riega cada que observes que la tierra comienza a secarse, ya que este tipo de cultivo no requiere agua todos los días. 

Espera un par de semanas y verás cómo los pequeños brotes comienzan a salir de la tierra y con el paso del tiempo van a ir creciendo poco a poco. Sabrás que tus ajos están listos para ser cosechados cuando las hojas más viejas comienzan a ponerse amarillas, entonces podrás sacar tus ajos de la tierra. Antes de usarlos en la cocina, debes limpiar bien los ajos, ya que pueden tener mucha tierra y sobre todo dejarlos secar al sol por un par de días para que puedan ser aptos para usarse.