Los alimentos congelados son una muy buena opción para ayudarnos a salir de un apuro, en especial cuando no contamos con el tiempo necesario para cocinar o tenemos un par de visitas inesperadas. La pizza congelada es uno de esos productos a los que hemos recurrido para comer algo rápido, pero en ocasiones su sabor e incluso su textura en ocasiones no suele ser la mejor por lo que no nos queda más que conformarnos.
Una pizza congelada no siempre tiene que ser sinónimo de una mala comida, ya que hay algunos trucos con los que podrás mejorar su sabor sin tener que pasar horas en la cocina. Así que la próxima vez que necesites de un platillo rápido por falta de tiempo, puedes aprovechar para poner a prueba estos trucos para que notes la gran diferencia y no tengas que volver a conformante con una preparación "simple".
Cómo mejorar una pizza congelada
Usa el horno
Por lo general la pizza congelada se puede elaborar en el horno de microondas, pero no siempre queda de la forma que quisiéramos. Así que la próxima vez lo mejor será mejor que uses el horno de la estufa para calentarla, solo tienes que colocar la pizza en una sartén y dejarla cocinar a temperatura máxima entre 5 y 8 minutos o bien cuando el queso comience a burbujear. Esto hará que la corteza se vuelva muy crujiente como recién hecha.
Aceite y ajo en polvo
Dos ingredientes pueden ser la gran diferencia entre una pizza congelada común y una extraordinaria. Antes de hornear usar un cepillo para cocina y unta aceite de oliva, así como espolvorea un poco de ajo en polvo por toda la orilla. Esta combinación hará que los sabores de la pizza se equilibren dando un toque extra a tu preparación. Recuerda que solo debes untar una pequeña cantidad, ya que de lo contrario se podría quemar en el horno.
Ingredientes frescos
Antes de hornear puedes añadir un par de ingredientes extra a tu pizza, por ejemplo, pimientos picados, pepperoni, un poco de carne picada o lo que se te antoje. Las pizzas congeladas por lo regular utilizan pocos ingredientes sobre la superficie, lo que hace que la pizza se vea muy simple, pero también es una buena oportunidad para que añadas los productos que más te gustan.
El queso nunca es demasiado
Para los amantes del queso una buena capa de esta sobre la pizza nunca será demasiado, en especial si se busca que en cada rebanada se pueda ver a este derretirse hasta llegar a nuestra boca. En este punto se puede agregar el queso en dos diferentes puntos, antes de hornear si quieres que se derrita puedes usar queso como el mozzarella; si quieres añadir más sabor, al final de la cocción y antes de servir, añade queso como parmesano o ricotta.
No olvides las verduras
Productos como la rúcula, jitomates cherry, aceitunas, entre otros, pueden darle ese toque de frescura a tu preparación que a su vez se pueden combinar de forma perfecta con el queso derretido y sobre todo balancear un poco tu preparación y hacerla más saludable para que puedas comer sin culpas.
Deja reposar
Una vez que hayas sacado la pizza del horno no la cortes de inmediato y deja reposar por un par de minutos, así los sabores terminarán de mezclarse entre sí para darle un sabor único a toda la preparación. Recuerda que el tiempo es esencial para ayudar a mejorar los sabores de cualquier preparación.