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¡No lo hagas! 5 errores básicos que cometes al cocinar huevos

Al cometer estos errores te expones a enfermar de algo o a desperdiciar el producto
domingo, 18 de abril de 2021 · 16:16

Los huevos son quizá uno de los alimentos más consumidos a nivel internacional, especialmente en el occidente, ya que gracias a su composición química se trata de un producto de origen animal muy versátil, que igual se puede comer solo o bien, puede ser empleado para una infinidad de objetivos culinarios como consolidar una mezcla, esponjar una preparación o darle color y textura a un alimento, entre muchos más.

No obstante, a pesar de que en casi todos los hogares consumimos y preparamos huevo, existen algunos errores que podríamos estar cometiendo al cocinarlos, por los cuales estaríamos desperdiciando producto o fomentando algún riesgo de salud sin saberlo. Por ello, en esta ocasión te hablamos de los 5 errores más comunes que cometemos al cocinar huevos.

Existen muchos errores más, pero estos podrían ser considerados los básicos, o los que casi todos hemos llegado a ignorar. No está de más leer el artículo y enterarte de que al hacer algo incorrecto en su manipulación, te puedes exponer a enfermar de algo, debido a que sin duda, son un alimento muy delicado.

5 errores básicos al cocinar huevos

1. No poner atención a los sellos

Los huevos poseen un sello de trazabilidad que es colocado por cada empresa productora. Algunos se basan en los códigos empleados en el Modelo de Producción de la Unión Europea, que coloca este código con tinta aprobada para su uso alimentario. En este sello se identifican la granja de origen, la fecha de producción y de consumo preferente, lo que ayuda a identificar qué tan frescos son.

2. Guardarlos en la puerta del refri

Aunque lo más recomendable es guardar los huevos en un lugar fresco como el refrigerador, los expertos consideran que las puertas no son el mejor sitio para mantenerlos almacenados, debido a que son un producto muy sensible a los cambios bruscos de temperatura, por lo que lo mejor sería mantenerlos en un lugar fijo del refrigerador y de preferencia en su envase original, no en hueveras, para evitar que absorban olores de otros alimentos.

3. Lavarlos antes de usarlos

Algunos huevos pueden estar manchados de tierra, de plumas e incluso de restos de excremento de las aves y esto propicia que algunas personas decidan lavarlos, pero esto no es tan recomendable. Cuando un huevo se moja o lava antes de usarse y se almacena, se corre el riesgo de que la suciedad al entrar en contacto con el líquido se absorba a través de los poros del cascarón y contamine la clara y la yema. Por esta razón, lo mejor es limpiarlos con un trapo limpio o con un cuchillo, o bien lavarlos bien, pero sólo en el caso de que los vayas a ocupar en ese momento.

4. No saber reconocer un huevo fresco

Aunque para algunos la fecha de consumo preferente es el último día en que deciden cocinar un huevo debido a que podría estar echado a perder, en realidad sólo se trata de una orientación para el consumidor, pues el huevo aún puede estar fresco. Esta fecha se estima 28 días después de la puesta, que son los días en que el huevo está más fresco, pero pasada esta fecha aún puede servir el alimento.

Un truco rápido para saber qué tan fresco está es colocarlo en un vaso con agua antes de usarlo, si se hunde es que está muy fresco, pero si flota ya no es conveniente consumirlo.

5. Sobrecocer un huevo en agua

Cuando dejas de más un huevo en agua hirviendo la clara tiende a pegarse en el cascarón y esto hace que se desperdicie producto, además de que la yema puede quedar demasiado seca. La forma correcta para cocer un huevo es colocar agua suficiente para cubrir el huevo y dejar que hierva, una vez que el líquido llega a su punto de ebullición se colocan los huevos y se cuenta el tiempo según la consistencia deseada.

Para obtener huevos tibios se espera de 2 a 3 minutos. Cuando se quiere una clara dura y consistente y una yema blanda se deja de 5 a 6 minutos. Y si quieres un huevo duro se espera 10 minutos para que esté listo. Además, si quieres que la yema quede bien centrada, debes hacer remolinos el agua durante la cocción.