Cuaresma: Tips para saber si el pescado que compras en el mercado está fresco

Estamos en temporada de Cuaresma. Si hay algo que no puede faltar en tu mesa, es sin duda alguna el pescado. Hay de todos los tamaños, colores, sabores y presupuestos. Es un alimento casi tan antiguo como el hombre mismo. De él hay tantas referencias como se quiera en la Biblia y otros textos sagrados como la Torah.  Desde siempre esta carne blanca ha sido utilizada para el alimento humano y su costo ha variado conforme la oferta y la demanda.

Semana Santa es un tiempo litúrgico de los más importantes de la religión católica, donde se conmemora la muerte de Jesucristo, eje rector del Cristianismo y comer carne roja no está permitido, porque simboliza la ostentosidad de un banquete de celebración, en lugar de una comida de funeral. Además, ingerirla durante Cuaresma o Semana Santa podría equivaler a que si se es cristiano, que no se toma en serio el "pesar" religioso o bien, que se incurre normalmente en el pecado sin sentir arrepentimiento de ello.

Por eso, en estos tiempos de guardar, es común que las familias católicas o cristianas socorran tanto la carne blanca como la del pollo o pescado, para honrar la festividad religiosa. Por eso, antes de la pandemia, los mercados normales y especializados, se abarrotaban de gente tratando de conseguir el pescado más fresco a mejor precio, pero ¿Cómo saber si el pescado verdaderamente está fresco sin ver que se mueve como uno recién pescado?

Lo que haremos ahora será explicarte algunos aspectos que puedes tomar en cuenta a la hora de ir a escoger al animal en la pescadería, mercado o incluso el súper. Es una tarea que parece fácil, pero tiene su grado de dificultad, sobre todo si se es cocinero amateur, sin ése ojo casi casi clínico que tienen aquellos que ya por rutina escogen el pescado y hasta lo piden de una manera particular.  Es decir, una buena o mala elección, puede costarnos el sabor de nuestra comida y evidentemente, nadie quiere una mala experiencia.

¡El olor, una potente clave!

Aunque el pescado es un alimento aromáticamente escandaloso, tanto cuando está fresco, como cuando no, hay que tener en cuenta que sí existen riesgos para la salud, si lo llegamos a ingerir en estado de descomposición. Algunos de ellos pueden ser: diarrea, indigestión, vómito, dolor abdominal, náuseas, fiebre, malestar general, urticaria y en casos más graves dificultad para respirar. En caso de presentar cualquiera de esos síntomas, lo mejor es consultar rápidamente a tu médico. 

Pero no todo es así de terrible, tampoco te espantes. Como te decimos, lo importante es ir aprendiendo y eso no se consigue de otra manera distinta a ir tú mismo a comprar tu pescado, para que poco a poco vayas abriendo los ojos, más que un huachinango grande en el mostrador. Por eso, aprovechando la temporada, decidimos traerte algunos tips para que sepas escoger el pescado ideal y fresco en el mercado, pescadería o centro comercial. Te recomendamos tomar nota y prestar atención. 

Así puedes saber cuando un pescado está fresco

1. Sólo compra pescado que aparezca en mostrador sobre un gruesa cama o bloque de hielo fresco.

2. Debes asegurarte de que no existe olor a pescado, a ácido o amoníaco. Los mejores peces siempre deben tener un olor suave y fresco.

3. En cuanto a los ojos del pez, asegúrate de que son claros y saltones, que las branquias (o agallas) sean de un color rojo brillante (sin baba) y que la carne tenga brillo, sea firme y regrese a su lugar cuando la presiones (posea elasticidad).

4. Evita el pescado con signos de oscurecimiento o sequedad en los bordes.

5. En el caso de camarones y otros mariscos, escoge los que brillen y no tengan olor.