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Te contamos qué diferencias existen entre el polvo para hornear y la levadura

Aunque cumplen un mismo objetivo que es aumentar el volumen, la levadura y el polvo para hornear no son iguales
lunes, 15 de febrero de 2021 · 19:54

Levadura y polvo para hornear, aunque sirven en teoría para un mismo fin, que es aumentar el volumen de las preparaciones, específicamente en masas para panes y otorgarles una textura esponjosa, no son lo mismo y las características de cada ingrediente son determinantes en las preparaciones.

Ambas sustancias son utilizadas como leudantes, esto significa que incorporan dióxido de carbono a los productos que se están trabajando, aunque cada una lo hace de manera distinta. Físicamente, la levadura se comercializa en un estado liofilizado latente que le confiere la apariencia de un polvo no tan fino y de color café claro, como el pan.

Esto permite mantener a la levadura estable en almacenamiento, debido a que en realidad se trata de un organismo unicelular vivo que es una variante de un hongo. En cambio, el polvo para hornear es muy similar a la harina de trigo, aunque es mucho más fino y blanquecino, además de estar compuesto por un ácido y una base.

Diferencias entre levadura y polvo para hornear

La naturaleza de cada ingrediente es distinta y por ello, su forma de reaccionar y la manera en la que se trabaja con la levadura es muy distinta que la empleada para el polvo para hornear.

Al ser un organismo vivo estabilizado, cuando la levadura se va a ocupar se debe agregar líquido para rehidratar al hongo, el cual requiere de un tipo de azúcar para mantenerlo vivo, puede ser azúcar, miel o incluso jugo de frutas, pues con este compuesto produce el dióxido de carbono y etanol.

Asimismo, al estar activa, la levadura comienza a expandir el producto, pues produce pequeñas burbujas que siguen creciendo mientras se trabaja la masa, un proceso que se conoce como fermentación. La levadura crece mejor con el calor, entre 25 y 35 grados Centígrados, aunque una vez que se llega a los 50 o 55 grados Centígrados la levadura muere y deja de crecer.

En tanto, el polvo para hornear se compone regularmente de bicarbonato de sodio y uno o dos ácidos en polvo que al ser mezclados e integrados con un líquido comienzan a desprender burbujas de dióxido de carbono. Cuando está compuesto con dos ácidos es una fórmula de doble efecto y requiere de calor para que el segundo ácido se pueda disolver y aumentar su proporción.

Esta reacción que se logra con el polvo para hornear se produce casi al instante, por lo que para lograr el efecto se debe hornear lo antes posible, pues esto ayudará a capturar las burbujas y lograr que quede esponjado.

Por esta razón, el polvo para hornear es más empleado en la elaboración de postres como galletas, bizcochos, panqués, alfajores, etcétera; mientras que la levadura se emplea más en la elaboración de masas madre, pizzas y panes, además de ocuparse en la elaboración de cerveza.