Errores que debes evitar para conservar tus quesos adecuadamente

El queso es un alimento que siempre podemos encontrar en los hogares, se puede usar para miles de recetas y ahí radica que sea uno de esos elementos que no pueden faltar en casa, sin embargo y a pesar de su popularidad, muy pocas veces no paramos a pensar en como almacenarlo correctamente, lo que nos lleva a cometer varios errores en su almacenamiento que terminan por mermar su vida útil, por ello hoy te diremos cuales son esas equivocaciones que debemos evitar si queremos que nuestro queso dure más.

Usar plástico

Una de las formas más comunes que usamos para guardar nuestros quesos es almacenarlos en una bolsa de plástico y meterlos automáticamente a la nevera, esto es bastante perjudicial para nuestro queso, ya que debido a que es un alimento vivo, este necesita "respirar" adecuadamente, es decir, necesita una cantidad de aire circulando para que pueda mantenerse en las mejores condiciones, algo que el plástico evita.

Usar Papel aluminio

El papel aluminio tampoco es un material recomendable para almacenar tus alimentos, ni dentro ni fuera del refrigerador; por la misma razón que por la que hay que evitar el plástico, también debemos evitar el papel aluminio, ya que este no deja "respirar" adecuadamente a nuestros quesos y en algunas ocasiones la humedad de nuestro queso que se contiene al envolverlo en aluminio podría deteriorarlo más rápidamente.

Introducir tal cual en recipientes de plástico

Aunque guardar los quesos en recipientes de plástico es una buena idea, debemos de hacerlo de la manera correcta ya que guardarlos directamente en el recipiente de plástico puede ocasionar, a la larga, los mismos problemas que guardarlo en una bolsa de plástico, por ello lo correcto es usar papel microperforado, que permitirá el paso adecuado del aire, si no puedes conseguir este tipo de papel, puedes usar papel para hornear.

Guardar fuera de la nevera

Guardar un queso fuera del refrigerador es el peor error que puedes cometer, aunque algunos quesos sean curados al aire, no quiere decir que podamos mantenerlos así, una vez que han sido cortados y llegan hasta nuestra mesa debemos de guardarlos siempre en el refrigerador, cubiertos con papel microperforado y con una temperatura constante, para evitar que se deteriore.