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Estos son los errores más comunes que cometes al preparar salmón en casa

¿Eres fan del salmón? Quizá estés cometiendo alguno de estos errores al momento de cocinarlo
viernes, 25 de septiembre de 2020 · 14:50

Aunque no es un alimento originario de nuestro país, el salmón es uno de los pescados favoritos en la cocina mexicana. Esto se debe a que es una excelente fuente de proteína de alta calidad, por lo que está compuesto de aminoácidos esenciales que, entre otras cosas, ayuda a formar los tejidos y a transportar las vitaminas.

Esta fuente de proteínas y minerales, tales como el yodo, magnesio, fósforo, selenio, hierro y calcio; y diferentes vitaminas influye en el correcto funcionamiento del cerebro, la tiroides y el intestino; y resulta indispensable para indispensable para disminuir la probabilidad de ataques cardíacos por su contenido de omega-3 que ayuda a mantener la presión arterial en sus niveles adecuados.

Y, por supuesto, no podríamos omitir que es uno de los contados alimentos que nos puede proveer vitamina D, que coadyuva a absorber el calcio necesario para mantener unos huesos fuertes y energía suficiente para el movimiento de nuestros músculos.

Sí, es indudable que el salmón es un alimento que vuelve cualquier platillo algo exquisito y que cuida de nuestra salud, sin embargo, para aquellos que son nuevos en cocinar este tipo de pescado en casa, hay algunos pequeños errores que pueden convertir rápidamente un buen trozo de pescado en algo que nadie querría comerse. 

A continuación te compartimos los 5 errores comunes que se cometen al preparar salmón. 

Escoger la pieza incorrecta

El salmón equivocado puede provocar una cocina maloliente y un sabor deficiente, así que siempre debes de asegurarte de elegir el de la mejor calidad. 

Para esto deberás revisar que no tenga un olor agrio o demasiado a pescado, que tenga un color vibrante y brillante y, de ser posible, que siempre optes por opciones frescas y naturales.

Si usas salmón congelado por conveniencia o disponibilidad, no lo descongeles, enjuaga el filete congelado con agua fría, retira los cristales de hielo y sécalo. Y si compraste accidentalmente un corte más viejo y de mala calidad, marínalo con muchas especias y sírvelo con una salsa para hacerlo más sabroso.

Retirar o cocinar mal la piel

Una terrible idea tanto para el sabor como nutrientes de este alimento es retirarle la piel. Hay buenas razones por las que el salmón a menudo se vende con la piel todavía puesta y es que ayuda a cocinar de manera uniforme, evita que el pescado se deshaga, agrega mucho sabor y alberga la mayoría de sus propiedades en ellas.

Por otro lado, a nadie le gusta la piel de salmón empapada, que es lo que suele ocurrir cuando hornea salmón o lo fríe de forma incorrecta. La piel del salmón bien cocida no solo es deliciosa, sino que también protege la carne del pescado y la mantiene húmeda. Para obtener esa piel deliciosa, asegúrese de cocinar el salmón con la piel hacia abajo en la estufa a fuego medio a medio-alto. 

No retirar los huesos más delgados

La mayoría de los filetes de salmón tienen espinas, especialmente pequeñas y delgadas, llamadas ”espinas alfiler”. Es cierto que algunas pescaderías las retiran antes de vender las piezas de salmón pero si no es así o no tienes esa certeza es importante hacerlo por cuenta propia. Puede parecer un pequeño paso, pero los huesos de alfiler son realmente desagradables de tragar y tomarse unos minutos para realizar este paso puede ser la clave del éxito de un rico platillo.

Escoger un sartén que no servirá

Como ya lo mencionamos, la piel del pescado es pegajosa, pero es un elemento crucial para el sabor. Por eso, es importante elegir una sartén que permita que la piel se transfiera a su plato en lugar de quedarse atascada en la sartén. Uno antiadherente es la mejor opción pues así será más fácil cocinar, voltear y mantener la textura del pescado.

Cocinarlo de más

Y el peor error y probablemente el más común es cocinar el salmón de más. Para evitar esto puedes puedes comenzar cocinando el pescado con la piel hacia abajo en la estufa a fuego medio a medio-alto hasta que la piel esté crujiente (lo que suele tardar de cinco a siete minutos). Una vez que haya pasado esto, reduce el fuego a bajo y con mucho cuidado voltea el pescado para dejar que termine de cocinarse durante unos segundos por el otro lado. 

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