Tips de cocina

¿Tu guiso quedó salado? ¡No te preocupes, así puedes arreglarlo!

¿Es posible arreglar un guiso salado? Juanma Martínez nos da algunas soluciones para salir triunfante de la situación
martes, 14 de julio de 2020 · 18:48

Que levante la mano alguien al que no se le haya ido la mano con la sal cocinando. Es horrible pasar horas y horas delante de la olla y que un simple gesto, sazonar tu platillo preferido, se salde con la trágica situación de salarlo hasta tal punto de que resulte incomestible, y hasta que prefieras tirarlo a la basura y comenzar la película de nuevo.

No siempre es posible recuperar el platillo, pero sí te voy a enseñar algunos trucos que suelen ser eficaces en tu intento de salvar tu plato preferido.

Primera estrategia: Añadir más líquido sin sal a la sopa o caldo:

Puedes diluir el caldo con más caldo o con agua. El método es sencillo, introduces más líquido sin sal, y llevas a ebullición de nuevo la preparación a fuego lento. Esto hará que se reduzca la concentración de sal en el caldo. Puedes colar el caldo para retener los ingredientes y luego agregar el caldo o el agua sin sal y llevar la sopa a cocción a fuego lento, pasados unos minutos introduciremos los ingredientes sólidos.

Puedes añadir crema o leche a la sopa o caldo. Agregar un poco de leche o crema ayudará a diluir la sal y retener parte de la riqueza y sabor de la sopa. Además, siempre podemos añadir más condimento a la elaboración si vemos que su sabor se ha diluido junto con el nivel de salazón.

Puedes mezclar la sopa o caldo salado con otra partida del mismo caldo sin sal. Esta fórmula te permitirá al final contar con el doble de contenido de la preparación que estabas preparando, eso sí, el resultado resultará con sabor equilibrado.

Segunda estrategia: Añadiendo más ingredientes a tu elaboración:

Puedes poner apio, cebolla o puerro en tu sopa para refrescarla. Estos ingredientes tienen la función de limpiar el sabor y a la vez corregir el nivel de salde tu elaboración. Una vez que pongas estos ingredientes en el caldo cocínalos a fuego lento durante media hora. ¿Qué cantidad? Pues déjate guiar por tus gustos, eso sí, agregar ingredientes nuevos a la elaboración cambiará el sabor finar de tu plato.

Puedes poner un poco de ácido como el vinagre para engañar a tu paladar. El agrio ayuda a equilibrar algo el salado. También va perfecto el limón y el vino.

También puede ser una buena idea, aunque no apta para todos los platillos, añadir un poco de azúcar a la elaboración, la cual la iremos añadiendo poco a poco y probando cada vez hasta llegar al equilibrio buscado.

Podemos usar una patata para que absorba parte del salado, pero esta recomendación será más efectiva si la combinas con alguno de los consejos de los puntos anteriores.

En todo caso, añade siempre la sal en los momentos últimos de terminar tu elaboración. Ten en cuenta que es posible que encuentres la sazón deseada al inicio de la cocción pero durante ésta se irá evaporando agua, por lo que lo que una vez fue equilibrio ahora es concentración salina que inevitablemente estropeará tu plato. Un último consejo, mejor quedarse corto que pasarse, siempre es momento de que cada comensal añada la sal que estime necesaria a su platillo, sin embargo si llega salado el plato, las soluciones se reducen al fracaso.

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