Salud

¿Qué pasa si se consume carne con gusano barrenador? Esto se sabe al respecto

¿Es peligrosa la carne con gusano barrenador? Esto es lo que debes saber sobre su consumo y los riesgos ocultos que podrían sorprenderte.

¿Qué pasa si se consume carne con gusano barrenador? Esto se sabe al respecto
Conoce que es lo que pasa si se consume carne con gusano barrenador Foto: Shutterstock / Pixabay

La reaparición del gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax) en el sureste mexicano ha encendido las alarmas entre productores y consumidores. La plaga, capaz de devastar hatos enteros, llevó incluso a Estados Unidos a suspender temporalmente la importación terrestre de reses mexicanas en mayo de 2025.

¿Qué es el gusano barrenador?

El gusano barrenador es la larva de una mosca que deposita sus huevos en heridas abiertas; al eclosionar, las larvas “barrenan” el tejido vivo provocando miasis, una infección dolorosa que puede ser letal para los animales si no se trata a tiempo.

Ante la creciente difusión de noticias sobre brotes de gusano barrenador en el ganado, una preocupación común ha surgido entre los consumidores: ¿la carne de animales infectados representa un riesgo para la salud humana? Y, aún más importante, ¿qué sucede si se consume carne con gusano barrenador? La buena noticia es que, según expertos en sanidad animal y seguridad alimentaria, la respuesta es más tranquilizadora de lo que parece.

Foto: Shutterstock

¿Qué pasa realmente al comer esa carne?

El gusano barrenador solo sobrevive en tejido vivo; una vez sacrificado el animal, las larvas no prosperan ni liberan toxinas peligrosas. Por ello, consumir carne que ha pasado por inspección oficial no representa riesgo directo para las personas. El peligro potencial es indirecto: si una lesión infestada no se retira, la zona se descompone con mayor rapidez, generando compuestos que estropean la carne y podrían causar trastornos digestivos.

De ahí que en rastros y empacadoras se deseche cualquier canal con miasis activa, y que la cocción completa elimine cualquier agente patógeno residual. Para el consumidor la clave es sencilla: comprar en establecimientos regulados, verificar sellos sanitarios y cocinar la carne a la temperatura interna recomendada (63 °C para cortes enteros, 71 °C para carne molida).

Por otra parte, las personas que viven en zonas rurales, donde se realiza el sacrificio de animales en campo abierto, deben tomar precauciones específicas: eliminar cualquier tejido dañado, conservar la carne bajo una adecuada cadena de frío y mantener estrictas prácticas de higiene. Siguiendo estas medidas, incluso durante un brote, el riesgo de consumo para el ser humano es prácticamente inexistente. 

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