Cada primavera, Cannes se convierte en el epicentro del cine internacional con su icónico festival, pero más allá de las alfombras rojas y las premieres de gala, esta ciudad también deslumbra por su exquisita tradición culinaria. Su gastronomía es un reflejo de la región de Provenza y de la Costa Azul, donde el mar Mediterráneo y los ingredientes frescos marcan la pauta.
La cocina de Cannes combina productos del mar con hierbas aromáticas, verduras frescas y técnicas de la cocina francesa clásica. Los restaurantes locales, desde bistrós familiares hasta lugares con estrellas Michelin, ofrecen platillos llenos de sabor, historia y cultura. Es común encontrar recetas que se transmiten de generación en generación, conservando su esencia mediterránea.
Si visitas Cannes en el marco del festival o simplemente planeas conocer esta joya costera, hay sabores que no puedes dejar pasar. Por ello, aquí te presentamos 5 platillos tradicionales que capturan la identidad gastronómica de esta encantadora ciudad francesa.
Bouillabaisse
Originaria de Marsella pero muy popular en Cannes, esta sopa de pescado se elabora con distintas especies mediterráneas, mariscos y una mezcla de hierbas provenzales. Se sirve con pan tostado y rouille, una salsa a base de ajo y azafrán.
Socca
Un clásico callejero del sur de Francia, la socca es una especie de crepa o pan plano hecho con harina de garbanzo, aceite de oliva y pimienta negra. Crujiente por fuera y suave por dentro, es ideal para comer al paso, especialmente en mercados locales.
Ratatouille
Un guiso de verduras que celebra lo mejor de la huerta provenzal. Berenjenas, calabacines, jitomates, pimientos y cebolla se cocinan lentamente en aceite de oliva y hierbas, creando un platillo lleno de aroma y sabor.
Fougasse
Este pan tradicional provenzal, similar a la focaccia italiana, puede llevar aceitunas, hierbas, queso o incluso cebolla. Es muy aromático, con una corteza crujiente y un interior esponjoso, perfecto para acompañar una tabla de quesos o embutidos locales.
Calisson
Este dulce típico del sur de Francia se elabora con una pasta suave de almendras, melón confitado y piel de naranja, todo cubierto con glaseado blanco. Es una delicia tradicional que suele regalarse en ocasiones especiales.
