La carne de tiburón ha sido un alimento consumido en varias partes del mundo, especialmente en regiones costeras donde el pescado es una fuente importante de proteína. Sin embargo, el consumo de tiburón genera controversia debido a ciertos factores que afectan tanto a la salud humana como al medio ambiente. El consumo de la carne de tiburón se da especialmente en Asia y América Latina, siendo Brasil el principal país con mayor consumo de esta carne, ya que se considera un platillo especial.
A pesar de ser rica en proteínas, la carne de tiburón no es tan común en la dieta cotidiana, ya que no todos los consumidores están familiarizados con su sabor o su potencial impacto en la salud. En este contexto, es importante preguntarse si realmente es seguro comerla, considerando los riesgos a los que se expone tanto el consumidor como el ecosistema marino.
¿Qué riesgos tiene comer carne de tiburón?
El principal riesgo asociado con el consumo de carne de tiburón es la acumulación de metilmercurio. Dado que el tiburón está en la parte superior de la cadena alimenticia, tiende a acumular grandes cantidades de metales pesados como el metilmercurio a lo largo de su vida. El metilmercurio es una toxina que puede tener efectos negativos en el sistema nervioso, especialmente en niños pequeños, mujeres embarazadas y personas con sistemas inmunológicos comprometidos, de acuerdo a la EPA y la FDA. El consumo excesivo de la carne de tiburón puede representar un peligro para la salud humana.
Además de la preocupación por la sostenibilidad. Muchas especies de tiburones están siendo sobreexplotadas debido a la pesca indiscriminada, lo que amenaza su supervivencia. Esto ha llevado a que el consumo de carne de tiburón se vea con preocupación en términos de conservación, ya que contribuir al mercado de esta carne podría estar incentivando la pesca ilegal o la sobreexplotación de tiburones en peligro de extinción.
Por lo que, aunque la carne de tiburón puede ser consumida, es importante tener en cuenta los riesgos de salud, especialmente los relacionados con el metilmercurio, y las implicaciones ambientales asociadas con su pesca. Si decides consumirla, es fundamental hacerlo con moderación y optar por consumir en sitios debidamente establecidos, que cuenten con autorización oficial para venderlo y siempre conociendo a qué variedad pertenecen.
