Durante la Semana Santa, muchas personas participan en diferentes tradiciones religiosas, algunas de ellas muy conocidas, otras no tanto. El Jueves Santo, por ejemplo, es una fecha especial en la que se recuerda la Última Cena de Jesús con sus discípulos, y en muchas iglesias mexicanas, se acostumbra regalar manzanilla y pan al finalizar la misa.
Esta costumbre religiosa llama la atención, sobre todo para quienes no están familiarizados con los rituales católicos de Semana Santa. Tal vez alguna vez saliste de una iglesia y viste a alguien con un ramo de manzanilla en la mano, o recibiste uno sin saber qué significado tenía.
Pero, aunque parezca algo del pasado, la tradición católica aún sigue viva en varias regiones del país y forma parte de un simbolismo religioso que tiene que ver con la fe, el cuerpo, el alma y el recuerdo del sacrificio de Cristo. Aquí te contamos más sobre el significado de regalar manzanilla y pan el Jueves Santo.

¿Por qué se regala manzanilla en Semana Santa?
La manzanilla tiene varios significados dentro de esta tradición. Durante el Jueves Santo, se conmemora la Última Cena, un momento clave para el cristianismo, y el uso de esta planta representa el sufrimiento de Jesús durante su pasión y crucifixión. El aroma de la manzanilla y su aspecto delicado simbolizan también la purificación del alma.
Tomar una infusión de manzanilla después de la misa no es solo una práctica relajante, también tiene un sentido espiritual. Se cree que ayuda a limpiar el cuerpo y el espíritu, y es una forma de acompañar el momento de reflexión que implica esta fecha tan importante para los creyentes.
En muchas casas, los fieles cuelgan el ramo de manzanilla bendecido en la puerta principal o cerca de algún altar familiar. Esto se hace como símbolo de protección y bendición para el hogar. Se cree que el ramo, al haber sido bendecido, aleja las malas energías y resguarda la casa durante todo el año.

¿Y qué significa el pan en el Jueves Santo?
El pan también tiene un papel central en esta fecha, pues representa el cuerpo de Cristo. Durante la Última Cena, Jesús partió el pan y lo compartió con sus discípulos como símbolo de su entrega. Esta acción marcó el inicio de lo que hoy se conoce como la Eucaristía o comunión en la misa católica.
En México, es común que se reparta un bolillo o pan francés. Aunque no es exactamente igual al pan ácimo (pan sin levadura) que se usaba en tiempos bíblicos, sigue teniendo el mismo sentido simbólico: recordar el sacrificio de Jesús y compartir un momento espiritual con la comunidad.