Estados Unidos ha anunciado la imposición de nuevos aranceles a productos provenientes de México y Canadá, lo que podría impactar directamente los precios de varios alimentos. Estas medidas buscan proteger la industria local, pero generan preocupación entre importadores y consumidores. Expertos advierten que el costo de productos básicos podría aumentar en los próximos meses.
México y Canadá son dos de los principales proveedores de alimentos para el mercado estadounidense. Frutas, verduras, carne y productos lácteos forman parte de la lista de importaciones que podrían verse afectadas. El impacto se reflejaría en supermercados, restaurantes y cadenas de distribución.
Los aranceles también podrían alterar la dinámica de la oferta y la demanda, generando incertidumbre en productores y comerciantes. A medida que los costos aumenten, las empresas deberán decidir si trasladan el incremento a los consumidores o absorben las pérdidas.

¿Qué alimentos podrían subir su precio?
México suministra más del 50% de las frutas y verduras importadas por EE.UU., por lo que alimentos como: el aguacate, los tomates y las fresas podrían encarecerse. También se prevé un alza en el precio del jugo de naranja y las bebidas alcohólicas como el tequila y la cerveza. Estos productos son clave en la dieta y la industria de alimentos estadounidense.
Por su parte, Canadá exporta grandes volúmenes de carne de res y cerdo, así como lácteos. Los aranceles podrían afectar la cadena de suministro, elevando el costo de la carne y productos como la leche y el queso. Esto impactaría tanto a los consumidores como a los restaurantes y distribuidores.

Además del incremento en los precios, las tensiones comerciales podrían provocar ajustes en las relaciones económicas entre los tres países. Productores y exportadores buscarían alternativas para reducir pérdidas, mientras que los consumidores enfrentarían un alza en sus gastos diarios. La imposición de aranceles en Estados Unidos. podría generar un efecto dominó en los precios de alimentos y bebidas. A medida que se definen nuevas estrategias comerciales, la incertidumbre se mantiene en los mercados y en el bolsillo de los consumidores.