En las últimas semanas, el tema de las bebidas azucaradas y otros productos similares ha dado mucho de qué hablar. Diversas empresas refresqueras han anunciado que reducirán el contenido de azúcar y calorías en sus productos, después de llegar a un acuerdo con el Congreso. Esto como parte de una estrategia nacional para fomentar hábitos más saludables entre la población mexicana, con el anuncio llegando en medio de una conversación pública sobre el papel de la industria refresquera en la salud del país.
De acuerdo con los comunicados emitidos por el Gobierno, la medida no busca afectar directamente a las empresas, sino todo lo contrario: promover una reformulación responsable de las bebidas que son más populares en México. Nuestro país ocupa uno de los primeros lugares en consumo de refrescos a nivel mundial, y es por ello que reducir el exceso de azúcar es un paso importante para enfrentar problemas derivados como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
La decisión forma parte del acuerdo entre el Gobierno de México, el Congreso y el sector productivo, con el fin de equilibrar las metas de sluda pública con la estabilidad económica del mercado. Este consenso busca que tanto la población como las empresas se puedan adaptar gradualmente al modelo que resulte más sostenible y saludable para la población mexicana, en cuanto a bebidas azucaradas y otros productos que también juegan un papel importante en la salud pública.
Por qué habrá reducción de azúcar y calorías en las bebidas azucaradas
Entre las principales razones detrás de la reducción de azúcares y calorías se encuentra el nuevo esquema del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que mantiene una tasa más alta para aquellas bebidas que tengan un alto contenido de azúcar y una más baja para las que son endulzadas con edulcorantes. La diferencia es un incentivo para las empresas a reformular los productos, desarrollando versiones que cuenten con menos calorías o sin azúcar, a modo de mantener competitividad en el mercado.
Otra clave para entender esta reducción es el impulso de la salud preventiva. De acuerdo con el Gobierno de México, el objetivo no es recaudar más dinero, sino transformar los hábitos de consumo de la población mexicana desde edades tempranas, ofreciendo opciones más saludables y buscando reducir la incidencia de enfermedades relacionadas con el consumo de azúcar en exceso. Al mismo tiempo, también se promueve una cultura alimentaria más consciente entre los consumidores.
Finalmente, con el acuerdo también se incluyen compromisos voluntarios de las refresqueras, como limitar la publicidad que es dirigida a menores, crear presentaciones más pequeñas de sus productos y facilitar el acceso a las bebidas sin azúcar. Con estas acciones se refuerza en conjunto el consumo responsable y se coloca la salud de la población mexicana en el centro de las políticas públicas y los esfuerzos tanto gubernamentales como del sector comercial.
