Cuando piensas en el cine, lo primero que llega a tu mente es el aroma inconfundible de las palomitas de maíz. Este popular snack, que ha conquistado corazones por generaciones, celebra el Día Mundial de las Palomitas de Maíz el 19 de enero. Aunque es conocido por su vínculo con la industria cinematográfica, pocos saben que este delicioso alimento tiene raíces profundas en la cultura mexicana.
Palomitas de maíz, pochoclos, pipocas, canchita… las formas de llamarlas varían según el lugar, pero su esencia sigue siendo la misma: un grano de maíz que, al reventar, nos regala una textura y sabor únicos. Su versatilidad abarca desde su preparación natural hasta versiones más atrevidas, como las famosas palomitas sabor a Takis. ¿Sabías que estas pequeñas delicias han existido en México desde tiempos ancestrales?
Por eso, en esta nota, te vamos a contar la fascinante historia de las palomitas de maíz, un alimento que lleva miles de años formando parte de las tradiciones mexicanas y que, es famoso en todo el mundo. Además, te explicaremos el proceso de elaboración estas pequeñas botanas.
Historia de las palomitas del maíz
El maíz palomero se cultiva en México desde épocas prehispánicas. Antes de que los españoles llegaran al país, la palomita de maíz se usaba con fines ceremoniales. Era común adornar altares con guirnaldas elaboradas a partir de este maíz reventador, resaltando su simbolismo cultural. Incluso, una publicación del portal del Gobierno de México, afirma que gracias a las primeras mazorcas de maíz que reventaron por el fuego, las palomitas de maíz son de origen 100% mexicano.
Sin embargo, no fue hasta 1885, que la invención de máquinas para hacer palomitas en Estados Unidos permitió que este snack se popularizara en ferias y eventos públicos. Aunque su verdadero auge surgió hasta el siglo XX, donde las palomitas encontrarían su lugar junto al cine, consolidándose como el acompañante perfecto para las proyecciones cinematográficas hasta la actualidad.
¿Cómo se hacen las palomitas de maíz?
El proceso comienza con la selección de granos de maíz palomero, los cuales deben secarse durante al menos 12 meses para reducir su humedad al 14 %. Este paso es crucial, ya que la pequeña cantidad de agua que retiene cada grano es la responsable de su transformación.
Cuando el grano se calienta, el agua en su interior se convierte en vapor, comenzando a expandirse a 100 °C. Al alcanzar los 175 °C, la presión dentro del grano rompe la cáscara exterior, liberando el vapor y transformando el almidón interno en una masa suave y aireada. Este proceso rápido y espectacular es lo que da vida a las palomitas que tanto disfrutamos. El contacto del almidón con el aire frío genera las formas irregulares y esponjosas características de las palomitas. Esta sencilla transformación química nos regala uno de los snacks más populares y saludables.
