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¿Te sabe feo la comida de los aviones? Esta es la razón científica de cómo reacciona nuestro cuerpo

A más de 10 mil metros de altura, ni un vino, queso, sandwich o hasta ensaladas tienen el sabor que al que estamos acostumbrados a paladear

¿Te sabe feo la comida de los aviones? Esta es la razón científica de cómo reacciona nuestro cuerpo
La percepción de cualquier alimento cambia cuando viajamos debido a varios factores Foto: Freepik

¿Has notado que cuando tomas un vuelo largo la comida del avión te sabe diferente? Si eres de las personas que tienen que viajar mucho, sabrás que es cierto, porque más de una persona ha caído en esta conclusión, por lo que desde hace algún tiempo, los científicos y aerolíneas se detuvieron a investigar esto, por lo que ahora existe una respuesta a esto.

Y es que por alguna razón, ni un vino, queso, sandwich o hasta ensaladas tienen el sabor que al que estamos acostumbrados a paladear y todo tiene que ver con la distancia del suelo al cielo o cómo se modifica nuestro cuerpo cuando subimos tantos metros al aire, donde aunque no lo creas la presión y condiciones alteran nuestra percepción de los alimentos, según explican los expertos. 

Según especialistas de la Red Olfativa Española, las cabinas presurizadas sí suelen afectar significativamente nuestro olfato, debido a que provocan resequedad de nuestras fosas nasales, ya que la humedad dentro de la cabina es mucho menor que la del exterior, lo cual es un factor que influye junto con la presión a la que nos sometemos. 

¿Por qué la comida del avión nos sabe diferente?

Y es que cuando saboreamos la comida de avión, no sólo el gusto juega un rol alterado, sino también el olfato, por lo que uno de los retos a los que se enfrentan los chefs que cocinan para una aerolínea es hacer que los alimentos sepan rico, ya que al menos un 30% de las papilas gustativas de cada uno de los pasajeros, se duermen durante todo el vuelo.

Sabor umami se potencia al volar

A alturas de los diez y doce mil metros el gusto y el olfato, más la resequedad y presión del aire altera los sentidos, provocando que los sabores dulces, salados, agrios y amargos no sepan igual. Sin embargo, el sabor umami, que se puede encontrar en el queso, salsa de soya o carnes, se potencializa y por eso la pasta que nos dan en el avión nos sabe deliciosa y más cuando contiene queso.

A alturas de los diez y doce mil metros el gusto y el olfato, más la resequedad y presión del aire altera los sentidos. Foto: Unsplash

Además, debes saber que para evitar que los alimentos no queden secos y pierdan el sabor o propiedades, la comida de los aviones no se cocina completamente, sino que se hace parcialmente y es en el avión que se termina de cocinar para que llegue a ti lo más calientita y fresca posible.  La carne, por ejemplo se cocina en tierra entre un 30 y 60 % para terminarla de hacer en los hornos del avión.

Incluso la cantidad de sal y aderezos que se le agrega a la comida se incrementa en un 15% para que nuestras papilas gustativas, que están dormidas detecten sabor alguno.

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