Si existen personas que pueden contar historias increíbles por su trabajo, esos son los famosos repartidores. Desde hace mucho se ha destacado, va mucho más allá de solo entregar sus pedidos de comida. Hubo uno que relató en dos ocasiones que un hombre solo pedía una pizza para ser auxiliado y llevado a su cama.
En fin, historias hay muchas, pero, quizá, algunas de las que nunca podrán superar a otros es el hecho de encontrarte con los famosos. Claro, va de famosos a famosos, pero en esta ocasión, creemos que la persona a quien hizo la entrega fue uno de los más populares sobre el planeta tierra y, difícilmente, será superado: Leo Messi.
A través de TikTok comenzó a viralizarse un video, donde se puede ver lo que será una conversación de WhatsApp, donde una Voice Note suena y se escucha a un hombre contarle a su mamá que la tienda donde trabajan recibieron un pedido y hasta aquí todo normal. Sin embargo, el pedido no sería para cualquier persona, sino nada más y nada menos que para el astro argentino Leo Messi.
“Lo vi, lo vi a Messi, así a lo lejos y lo saludé, me levanté la mano y ya de ahí me largué a llorar de la emoción”, compartió el joven repartidor.
El joven, identificado por algunos medios como Juan Pablo, le cuenta en el mensaje de voz que le tocó llevar el pedido a Messi. Con voz entre lágrimas, se le escucha al usuario contarle a su madre que la persona que lo atendió fue Antonela Roccuzzo, esposa del futbolista, y que estaba sumamente emocionado.
“Me atendió Antonela, todo. Estoy re emocionado, pero no me pude sacar foto porque no me permitían sacar el celular”, destacando también que había un montón de policías, mismos que no le permitieron sacar el celular. Incluso, relató que conoció a uno de sus hijos y un amigo del futbolista, viendo de lejos al campeón mundial.
Tal como lo hemos mencionado, el repartidor lloró minutos más tarde de haberlo visitado y haberle entregado el paquete. Sin duda, un momento sumamente emotivo para las personas que aman el futbol, pero ¿tú, qué hubieras hecho en su lugar?.
