Llegan las 12 de la noche y casi de inmediato en lo primero que pensamos antes de darnos los abrazos de Año Nuevo es en todos los rituales que hemos preparado, pero sin duda uno de los más comunes en los hogares del mundo es el de comer 12 uvas, pidiendo 12 deseos, que supuestamente se cumplirán de a uno por año.
Sin embargo, ¿de dónde viene esta costumbre? La verdad es que tiene más de 100 años de existencia y merece la pena echar un ojo, porque a pesar de que muchos han empezado a sustituir las uvas con pasas, a reducir la cantidad del fruto debido al encarecimiento por la temporada o incluso a omitirlas existe una curiosa historia sobre cómo surgió el popular ritual.
No se sabe con mucha precisión cómo y cuándo surgió la tradición del ritual de comer 12 uvas, pero hay 2 explicaciones avaladas por escritores e historiadores. Una de las teorías, según la página 3 de La Correspondencia de España XLVII de 1896, asegura que el ritual de las uvas de la suerte había comenzado, pero que se formalizó hasta 1909.
¿Cómo surgió la tradición de comer uvas en la noche de Año Nuevo?
La razón sería que esos últimos años habrían sido de mucha producción de uvas, especialmente 1909, cuando los viticultores de Alicante, España las empezaron a vender como "uvas de la suerte", debido a que había sido una temporada de excelentes cosechas y las vendían a buen precio dando origen a esta costumbre, que fue pie para que después en el alcalde de Madrid, José Abascal convocara a un grupo de burgueses a comerlas en Puerta del Sol acompañadas de champán, algo que más tarde se adoptó como tradición.
¿Francia o España?
Otra teoría dice que la costumbre nació en Francia en 1894, pues hay un artículo del periódico El Siglo Futuro, donde se incluyó a su vez un artículo del periódico El Imparcial titulado "Las uvas bienhechoras", donde narra cómo la costumbre fue traída desde Francia, pero que se naturalizó española.

Hoy en día en muchos lugares suelen subir el precio de las uvas debido a la alta demanda que hay por ellas en todo el mundo gracias a la costumbre que se propagó a muchísimos lugares del mundo. Sobre todo los de habla hispana, pero a falta de la Puerta del Sol, pues se come 1 uva por campanada del sonido filtrado de alguna iglesia, ya sea en TV, radio o en directo.