Tendencias gastronómicas
¿Qué es la 'slow food' y cómo se come?; aquí te contamos la historia
Sonará muy a"problemas de primer mundo", pero en el fondo sabemos que tienen razón: Importa comer con calma
El ritmo del mundo ha estado avanzando a una velocidad impresionante y la verdad es que cada vez tenemos más tiempo de sentarnos a comer tranquilamente, porque la vida está aconteciendo rápidamente y nos hemos adecuado a ello incluso para comer y si no te has sentido el cambio, eso es porque seguramente naciste en medio de la rapidez, pero antes de eso, existió algo llamado slow food, la hermana mayor de fast food.
El término slow food no es precisamente uno de los más comunes que existen, pero seguro lo has escuchado por ahí en el argot gastronómico y aunque tu intuición te decía que significaba algo como comer con calma, no estás muy lejos de ello, pues es precisamente lo contrario a la fast food, pero hay toda una filosofía y movimiento detrás de estas dos palabras que ahora te explicaremos.
La primera idea de este movimiento tuvo lugar junto a la escalinata de la Plaza España en Roma, junto a la cadena de comida rápida McDonald's y estuvo a cargo de Carlo Petrini, durante la inauguración de este restaurante, que estuvo rodeado de protestas en contra de la comida rápida e industrial para defender a la comida fresca, casera y tranquila.
¿Qué busca el slow food?
La verdad es que sí, sonará a muy "problemas de primer mundo", pero en el fondo sabemos que tienen razón, porque ¿a cuántos de nosotros no nos gustaría volver a tener suficiente tiempo de cocinar bien para comer mejor? Probablemente a muchos de nosotros y justo eso es lo que defiende la slow food, pues es un movimiento que significa "comer con atención".
Cuando alguien te dice que un establecimiento de comida es "slow food", más bien se refiere a que los chefs o cocineros valoran mucho la calidad y procedencia de las materias primas, ingredientes y modo de cocinarlos, cosa que se agradece y se entiende que haya que esperar más tiempo para poderla disfrutar.
Fue en 2004, cuando la FAO reconoció oficialmente al Slow food, como una organización sin ánimo de lucro y hasta inició una relación de colaboración con ella, para que se promoviera el placer de comer despacio, productos naturales, recetas locales y el deleite en los sentidos sin ninguna prisa. Por tanto ahora el movimiento ya ha crecido hasta superar los 100 mil asociados.
