Cuántas veces no se escuchó referirse a una persona como “teporocho” y es que en la cultura mexicana es una palabra muy arraigada que se usa para referirse a un sujeto alcohólico en situación de calle, básicamente señalando a un alcohólico indigente. Sin duda alguna, es uno de los mexicanismos más famosos que existen.
Pero, ¿alguna vez te haz preguntado su origen?, comencemos por decir que esta palabra nació en la época del Porfiriato y se quedó en la cultura de nuestro país por una costumbre muy particular que con el paso de los años ha formado parte del léxico de un mexicano.
De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), su etimología es incierta, aunque un posible origen se deriva de la costumbre de beber infusiones, es decir té, con alcohol, a lo que también los mexicanos lo llamarían una bebida con “piquete”.
Estas preparaciones se vendían en la antigüedad en los puestos callejeros por un precio de solo ocho centavos. De ahí se desprende el origen de la palabra “teporocho”, lo que sería “té-por-ocho”. Muy curioso ¿no? .
Luego de conocer el origen de esta curiosa palabra, algunos usuarios de redes sociales no dudaron en compartir este dato que seguramente muchos no sabían y que después de saberlo se les hizo hasta cierto punto, algo muy cómico.
Recordando que fue en el Porfiriato cuando algunos carritos andaban por las calles vendiendo té de canela con naranja a solo cinco centavos el vaso, pero si algunas personas lo preferían con un poco de alcohol costaba ocho centavos. De ahí que se pedía un té por ocho, dando inicio a su vez a una nueva palabra.
Me acaban de contar que en el Porfiriato había carritos que vendían té de canela y naranja por 5 centavos, pero si lo querías con con alcohol, costaba 8 centavos y la gente lo pedía: Me da un té por ocho y es por eso que surgió la palabra ‘teporocho’”, mencionó la usuaria @unna_chilanga en Twitter.
Con el paso de los años esta palabra se quedó en la cultura de los mexicanos pero no precisamente para referirse a un té con un poco de alcohol, sino más bien para darle nombre a una persona indigente que le gustan las bebidas alcohólicas. No cabe duda que esta costumbre muy particular durante el Porfiriato se salió un poco de contexto y ahora forma parte de esos mexicanismos que siguen presentes en el día a día.