¿Por qué el pollo del supermercado se echa a perder más rápido? Esta es la razón

Con los precios a los que se han elevado todos los alimentos de la canasta básica, es normal que empieces a buscar los mejores precios de compra en todos lados, ya sea en el supermercado, el mercado y hasta el tianguis, porque hay que estirar el dinero, buscar la manera de que te rinda y sobre todo de que te quede comida para la semana o por lo menos que nadie se quede con hambre.

Una de nuestras medidas, regularmente es comprar pollo o la carne que vayamos a usar durante una o hasta dos semanas, congelarla y racionarla poco a poco. Sin embargo como te habrás podido dar cuenta, al menos en los últimos meses, la carne del supermercado no te ha salido tan buena como antes y no, no es tu imaginación. La verdad es que hay abismal diferencia entre lo que compras en el mercado o en el supermercado. 

Y es que le duela a quien le duela, la comida del mercado o del tianguis siempre será mucho más fresca que la de las tiendas de autoservicio y eso se refleja en el tiempo que te duran las cosas en tu cocina, refri o donde la guardes. Probablemente habrás notado, que cuando de productos cárnicos se trata, son caros o a veces más baratos, pero no te duran tanto tiempo. La razón es la siguiente: Nada de eso está tan fresco.

¿Por qué el pollo del súper dura menos?

No debemos de olvidar, que la carne, como producto orgánico, debe de consumirse lo más rápido posible, porque de lo contrario, esta se echa a perder y definitivamente ya no se puede comer. Aparte de todo, su olor de putrefacción es absolutamente escandaloso y no hay poder humano que lo aguante por tanto tiempo. Esto lo saben en el supermercado y como a ellos les abastecen los camiones polleros, después de la Central de Abastos y otros mercados, no les llegan los mejores productos.

Por esta razón el pollo en supermercado, permanece congelado por mucho más tiempo y muchas veces se vende a menor precio, pero cuando tocan la temperatura ambiente, si no lo consumes rápidamente pues podría echarse a perder mucho más rápido, porque para cuando llega a tu casa, ya ha pasado al menos más de 3 días o una semana en congelación, lo cual también produce una rápida putrefacción.

Los expertos recomiendan no refrigerar el pollo más de 3 o 4 días, porque a pesar de que el refrigerador disminuye el crecimiento de bacterias de descomposición, no detiene el proceso. Y para saber que un pollo ya no sirve, basta con olerlo. Además, debes saber que debido a la afluencia que tienen los mercados y tianguis más el espacio de almacenaje que tienen, ellos deben de terminar con sus productos en el día o 2 si es que no quieren meterse en problemas, por lo que es más fácil conseguir productos frescos y que te duren más ahí y no en el súper.