Restaurantes mexicanos

Esta es la verdadera historia de CASA DE LOS AZULEJOS que está en el centro de la CDMX, ¡conócela!

Como Don Damián estaba en apuros económicos, se vio en la necesidad de vender su propiedad
miércoles, 15 de junio de 2022 · 14:14

Todo capitalino, chilango o turista, seguramente hemos comido en ella, o por lo menos pasado por fuera y nos llama la atención debido a su peculiar decorado. Sí, desde luego que estamos hablando de la Casa de los Azulejos, una antigua construcción ubicada en el centro histórico de la Ciudad de México, que nunca puede pasar desapercibida, porque para empezar está en un lugar clave y además actualmente es un restaurante. 

Anteriormente se le llamaba también como el Palacio de los condes del Valle de Orizaba, pero el mote que la hizo famosa, se debe a que está cubierta de azulejos de talavera poblana que recubren la fachada exterior del edificio y hacen de esta obra una de las más bellas joyas de la arquitectura civil del barroco novohispano. Se encuentra en las actuales calles peatonales de Madero y Cinco de Mayo. Se construyó en la época virreinal durante el siglo XVI y en el siglo XVIII se le conoció también como el Palacio Azul. 

Fue habitado por los descendientes de la familia condal hasta que se consumó la Independencia de México, es decir, a comienzos del siglo XIX cuando la propiedad fue adquirida por varios personajes destacados del país, hasta cambiarle su uso residencial, que es cuando el inmueble llegó a convertirse en la sede del conocido Jockey Club de México (1881), y posteriormente y por un breve periodo en la Casa del Obrero Mundial. 

¿Quiénes han vivido en la Casa de los Azulejos?

El inmueble incluso fue fue residencia de los Yturbe Idaroff, pero a principios del siglo XX empezó a ser la casa matriz de la popular cadena de restaurantes, tiendas y cafés, SanbornsSe encuentra conformada por dos casonas señoriales, de las cuales se ubicaba en un principio hacia el lado Sur, que pertenecía junto a la llamada Plazuela de Guardiola a un señor de nombre Damián Martínez. Dichas propiedades, aunque separadas por un callejón, se ubicaban en ese entonces frente a la ya muy transitada y comercial Calle de Plateros, exactamente frente al Convento de San Francisco el Grande de la Ciudad de México.

Como Don Damián estaba en apuros económicos, se vio en la necesidad de vender su propiedad y el comprador, Diego Suárez de Peredo al enviudar, se retiró a la orden religiosa de los franciscanos, por lo que se fue a Zacatecas y dejó su propiedad a su hija, quien se casó con el  Segundo Conde del Valle de Orizaba de nombre Luis de Vivero, quien era hijo de Don Rodrigo de Vivero y Aberrucia, personaje destacado en el virreinato por su talento e instrucción.

Pero el aspecto actual de la Casa de los Azulejos no se debe a Don Luis, sino a Doña Graciana Suárez de Peredo, quien para ese tiempo ya ostentaba el título de la Quinta Condesa del Valle de Orizaba y había vivido en la ciudad de Puebla desde que se casó y hasta que su esposo murió en el año 1708, que es cuando tomó la decisión de volver a la capital del Virreinato de la Nueva España y decide hacer uso del inmueble, el cual mandó restaurar no solo con el trabajo de la cantería, sino con el recubrimiento de la fachada del edificio con azulejos poblanos. El responsable de dicha tarea fue el maestro arquitecto Diego Durán Berruecos.