Tendencias mexicanas

¿Cómo nacieron las calaveritas de azúcar? Aquí te decimos la historia de esta tradición

Las calaveritas son de los objetos más destacados y tradicionales en las ofrendas, pero tienen una historia interesante
sábado, 29 de octubre de 2022 · 03:00

El Día de Muertos es una de las tradiciones más importantes que tenemos en el país y mucho se ha destacado la gran cantidad de elementos que conforman la ofrenda, teniendo entre ellas las famosas calaveritas de azúcar. Las calaveritas de azúcar con unos dulces en forma de de cráneos y cuentan con diversos elementos como glaseado especial, merengue y algunos otros detalles de caramelos. Pero va mucho más allá de su sabor, porque realmente cuenta con una historia sumamente interesante. 

¿Por qué se ponen en las ofrendas las calaveritas? 

Las calaveritas de la misma manera que las flores de cempasúchil o el pan de muerto, este elemento cuenta con un significado realmente especial, puesto que hacen alusión a los cráneos y para los mexicanos, desde culturas muy antiguas representan la forma de la muerte. Los nombres que se ponen también tienen la representación del difunto, siendo entonces la figura de la parca o los cráneos de los difuntos.  

Es importante destacar que hoy en día existe una gran diversidad de ellos en cuanto a sabores, colores y tamaños como lo son: chocolate, azúcar o amaranto pero todas tienen en común la finalidad de adornar el famoso altar de Día de Muertos.

¿Cuál es el origen de las calaveritas? 

El origen de las calaveritas de azúcar se remonta hasta las culturas mesoamericanas, donde se tiene la creencia que la muerta era tan sólo una conclusión de una etapa de la vida que se extendía a otro nivel. En la práctica era común conservar los cráneos y mostrarlos durante los rituales porque simbolizaban que había terminado un ciclo, es decir que había terminado su faceta en la tierra de los vivos y daba pie para iniciar en el otro mundo. 

Más tarde se exponían durante los rituales del culto a la muerte en una altar, donde las antiguas culturas solían llamarlo "Tzompantli" y estaba adornado con cráneos de personas que en su momento habrían sido sacrificados en honor a los Dioses. La manera en que estos se presentaban, eran ensartados por medio de agujeros que solían hacerse a los costados. 

Sin embargo, con la llegada de los conquistadores, los rituales que iban en contra de los preceptos de la religión católica fueron prohibidos y en muchos casos, ante la resistencia de los pueblos indígenas. Por tal situación, se buscaron sustituir por algunos otros y mucho menos "agresivos" o "fuertes". A cambio de ello, se busco modificar un poco esto y como resultado se crearon los deliciosos dulces.