Dulces mexicanos

Camote de Puebla: descubre de qué está hecho este tradicional dulce

El camote poblano es un dulce típico elaborado con diferentes frutas
jueves, 9 de septiembre de 2021 · 09:00

Los camotes llegaron a nuestra vida en carritos y probablemente así sigan existiendo. Es básicamente imposible de olvidar, porque tienen un sonido bastante particular a la hora de pasar por la calle, aunque probablemente sea una atracción reservada únicamente para las colonias populosas o de la periferia de la CDMX. Pero ¿Realmente es un bocadillo típico de aquí o llegó de otro estado a brillar con singular fama?

La respuesta es no. Al igual que muchos otros antojitos y platillos mexicanos, el camote vino de otro estado, pues es un dulce originario de Puebla, la tierra también de los chiles en nogada y del mole poblano, donde comenzó a prepararse como un dulce más allá de usarse como ingrediente para preparar distintos platillos típicos como ocurre en la Península de Yucatán, que es uno de los lugares donde también crece. 

El camote poblano es un dulce típico, que  nada se parece al plátano macho ni a los del carrito que tanto escuchamos en la ciudad. En realidad está envuelto como toda golosina, en plástico y varias versiones apuntan a que surgió en el siglo XVII a  manos de las monjas del convento de Santa Clara, quienes se dedicaban a la educación de niños y de acuerdo a una versión fue justamente un infante el causante del descubrimiento del singular postre

¿Cuál es la historia del camote?

Cuentan los lugareños, que todo empezó cuando un alumno descarriado pretendía gastarle una broma a una de las hermanas, que andaba por ahí cuidando su olla con agua al fuego. Por tanto agarró un camote, lo echó a la olla y luego le puso mucha azúcar para que quedara una masa que fuera difícil de quitar a la hora de lavar, pero en lugar de enojarse, cuando la madre vio y olió esto, lo probó y como le gustó copió la receta

Una segunda versión cuenta que una chica llamada María Guadalupe quería hacerle un regalo a su padre, así que fue a la huerta del convento,  recogió algunos camotes y los coció. Los revolvió con azúcar, raspadura de limón e hirvió todo hasta formarse una masa, que ya fría, hizo con ella dos cilindros de dos centímetros de diámetro por 15 de largo, esperó a que se secaran y luego los envió a su padre.

Aunque existen muchas historias y variantes, todas convergen en que el dulce de camote está hecho con la pulpa de camote, que se cuece en almíbar hasta espesar y puede ir mezclada con pula o el jugo de cualquier otra fruta. las pulpas se muelen y se cuelan; después, la mezcla se deja enfriar y se trabaja con las manos para formar una especie de puros que se dejan orear y asolear por lo menos un día. Finalmente se bañan en almíbar para que se les forme una costra muy ligera.