Mole de olla: Te contamos cómo nació este emblemático platillo mexicano

¡A darle que es mole de olla!, esta es quizá una de las frases más emblemáticas de nuestro país y no es para menos, básicamente lo hacen o bien, la dicen, cuando las cosas o, cuestan mucho trabajo o bien, resulta un poco de pereza el poder realizarlas, pero bueno, al final terminaran haciéndose. Esto es más o menos el estilo de lo que en realidad puede tener significado y, seguramente te preguntarás; ¿y qué tiene que ver esto con el platillo? 

Bueno, este platillo, que resulta ser uno de los más emblemáticos de la gastronomía mexicana, es uno de los más complicados y tardado de realizar, pues se tiene que esperar un tiempo y mucho que cortar para poder hacer las cosas, las cuales llega a tomar mucho más del tiempo de lo que la gente pensaría, pero esto va mucho más allá de ser solo un platillo y, el día de hoy, te vamos a contar la historia de este platillo. 

Historia del mole de olla 

Lo primero que tenemos que hacer un hincapié en esto, es que en realidad el mole de olla es considerado un tipo de salsa que no es salsa y es que en realidad mulli proviene del náhuatl que se utilizaba para llamar así a las salsas, las cuales la gran mayoría de ella estaban hechas a base de chiles y otros vegetales molidos en molcajete. Este tipo de salsas eran sumamente populares en la gastronomía prehispánica y rara vez faltaban. 

Sin embargo, con el paso del tiempo esto se fue modificando y, como tal la palabra mole, se llegó a utilizar para un tipo de salsa particular, principalmente por ellas que contaban con muchos ingredientes y eran de una consistencia mucho más espesa. De hecho, por ello se le hace bastante raro a todos que se le llame como tal mole de olla, cuando no es ningún tipo de salsa y es que esto se le daría hasta la época de la colonia. 

En realidad, el nombre como tal nace de una expresión de la unión de las culturas gastronómicas y desde entonces era un caldo hecho con una variedad de chiles secos como son ancho y guajillo, además se condimentaba con cebolla, cilantro y otro tipo de hierbas. Además, solía llevar diversas verduras como calabaza, xoconostle, zanahoria, elote, ejote y papa.

Por supuesto, con el paso del tiempo, comenzó a tener diversas variantes y llegó hasta lo que hoy en día conocemos como uno de los platos más tradicionales que tenemos en nuestro país.