Juegos Olímpicos

¿Qué significa el fuego en el pebetero de los Juegos Olímpicos Tokio 2020?

El fuego en el pebetero de los Juegos Olímpicos data del 776 antes de Cristo, te contamos por qué es tan importante
miércoles, 21 de julio de 2021 · 02:00

El fuego es uno de los primeros descubrimientos atribuidos al hombre y según los historiadores su aplicación en la cocina inició desde la época del Homo Erectus, alrededor del año 500 mil antes de Cristo. Desde entonces, el hombre habría aprendido a domesticar el fuego y aprovechar una rama encendida para mantenerla.

El poder de conservar el fuego consistía en todos los usos que se le podía dar, pues no sólo se utilizaba para protegerse del frío y cocinar sus alimentos, sino también para ahuyentar a los depredadores o cazar, etcétera. El fuego resulta tan importante para la civilización humana que en torno a él se conformaron diversas historias, leyendas e incluso significados.

En esta ocasión, por motivo de los Juegos Olímpicos 2020 celebrados este 2021 en Tokyo, Japón, queremos compartir contigo la historia del fuego en el pebetero de esta magna celebración deportiva, una tradición que se lleva a cabo desde los Juegos Olímpicos Antiguos, celebrados desde el 776 antes de Cristo y que persiste hasta la actualidad.

¿Qué significa el fuego en el pebetero de los Juegos Olímpicos?

El fuego en el pebetero de los Juegos Olímpicos recibe el nombre de "llama olímpica" y es uno de los símbolos de esta celebración deportiva que conmemora el robo del fuego por parte de Prometeo para entregarlo la humanidad según la mitología griega.

En este mito se señala que Prometeo, un dios titán, era el encargado junto a su hermano Epimeteo de distribuir las facultades y dones a todas las criaturas. Un día, Prometeo burló a Zeus al hacerle creer que había elegido un buey sacrificado para los dioses, aunque en realidad sólo se trataba de huesos y grasa, dejándole a los hombres la carne y las vísceras.

Como castigo, Zeus le quitó a los hombres el fuego, así que Prometeo volvió a burlar al dios robándole a Hefesto y a Atenea la sabiduría de las artes junto con el fuego que después ofrecería en regalo al hombre. Esto le habría costado un terrible castigo a Prometeo, del que más tarde se liberaría, pero por el que era visto como un benefactor de la humanidad.

¿Desde cuándo se incluyó la llama olímpica?

Los orígenes de la llama olímpica datan de la Antigua Grecia, aunque en esa época había una llama eterna frente al santuario dedicado a Hestia o en los templos de Zeus y Hera, en los límites de Olimpia, sede de las competencias.

Al ser un fuego para adorar a los dioses, se tenía la necesidad de que fuera puro, por lo que se empleaba un antiguo espejo parabólico llamado skaphia, que concentraba a los rayos solares para provocar un intenso calor con el que se prendía un fuego sagrado.

No obstante, la primera vez que la llama olímpica fue introducida a los Juegos Olímpicos fue en 1928, en Ámsterdam, cuando se construyó el estadio sede con una enorme torre en la que se prendió un pebetero para indicar con la llama dónde se estaba realizando esta celebración. Y fue hasta 1936, en Berlín, que se introdujo por primera vez el viaje de relevos, pero esa ya es otra historia.