Personajes de la Gastronomía

Esto pensaba Sor Juana Inés de la Cruz de la mujer en la cocina

Expresó su deseo porque las mujeres pudieran recibir la misma instrucción académica que los hombres más allá de cocinar
domingo, 18 de julio de 2021 · 15:13

Sor Juana Inés de la Cruz es una poetisa que hizo historia en México, porque fue pieza clave de uno de los grandes exponentes en la escritura, teatro música, poesía astronomía,autos sacramentales, prosa y verso del Siglo de Oro. Por eso es una figura muy importante en la cultura mexicana, pues marcó un antes y un después en la no sólo en la literatura, sino también en los billetes de 100 y 200 pesos

Desde muy joven fue una mujer ejemplar y revolucionaria que, adelantada a su época, entendió y estudió todo lo que pudo, tanto en los libros, como en su vida cotidiana . Se letró en muchas disciplinas, como matemáticas, astronomía, literatura, física, música, idiomas, arquitectura y también la cocina, disciplina que le era muy necesaria antes y después del convento. Además de sus talentos, tenía una clara inclinación al feminismo y probablemente ella no lo sabía.

Para Sor Juana ningún conocimiento era suficiente, razón por la que ingresó a la vida conventual desde 1669 con el objetivo de aprender más. Fue quizá ahí donde tuvo la oportunidad de abrirse paso en muchos más saberes y también en la cocina, un lugar donde nos queda claro que sentía cierta pasión, pero en algunas ocasiones fue ella  una de las primeras mujeres por despreciar esa actividad como un acto exclusivo de las mujeres.

Y sí, lo cierto es que la también llamada décima musa tenía una relación de amor-odio con la cocina. Esto se debía a que le encantaba cocinar, pero al mismo tiempo le molestaba que las mujeres fueran educadas sólo para pasar gran parte de sus vidas en este lugar, por lo que cada que tuvo oportunidad expresó su deseo porque las mujeres pudieran recibir la misma instrucción académica que los hombres a pesar de que el solo hecho de hablar ya fuera demasiado para su época.

¿Por qué Sor Juana es considerada feminista?

Juana Inés de Asbaje Ramírez de Santillana, como era su nombre real no le tenía miedo a la opinión de los demás por su persona y fue con ése carácter que defendió no solo su cocina, sino su punto de vista. Por ello, en más de una ocasión dedicó cartas y recetarios a sus hermanas conventuales y en una ocasión a un arzobispo que le escribía bajo el pseudónimo de Sor Filotea, sobre todo, después de publicar su famosa  Carta atenagórica, para decirle que no fuera tan atrevida para expresar que las mujeres merecían algo más que el hogar. 

Por eso, una de las posturas más claras donde podemos ver la pasión y contundencia que la reina de los endecasílabos sentía por la cocina es la Carta a Sor Filotea de la Cruz, en respuesta a sus reclamos, donde le cuenta magníficamente cómo ha sido su mundo de la cocina con lujo de detalles desde sus años de experiencia en la misma. Es poética, directa y muy inspiradora. Razón por la cual la han incluido en algunos recetarios donde se han recopilado algunas de sus recetas.

Las recetas de Sor Juana son un gran legado. Foto: Especial

Carta a Sor Filotea

"Pues ¿qué os pudiera contar, señora, de los secretos naturales que he descubierto estando guisando? Ver que un huevo se une y fríe en la manteca o el aceite y, por contrario, se despedaza en el almíbar; ver que para que el azúcar se conserve fluida basta echarle una muy mínima parte de agua en que haya estado membrillo u otra fruta agria; ver que la yema y clara de un mismo huevo son tan contrarias, que en los unos, que sirven para el azúcar, sirve cada una por sí y juntas no.

..Por no cansaros con tales frialdades que solo refiero por daros entera noticia de mi natural y creo que os causará risa; pero, señora, ¿que podemos saber las mujeres sino filosofías de cocina? Bien dijo Lupercio Leonardo, que bien se puede filosofar y aderezar la cena. Y yo suelo decir viendo estas cosillas: Sí Aristóteles hubiera guisado, mucho más había escrito." 

Su recetario

El segundo ejemplo del cariño que sentía Sor Juana por la cocina quedó también muy claro en  el prólogo del Libro de Cocina edición 1996, que se jactaba como “una versión paleográfica de un manuscrito atribuido a Sor Juana, quien se supone seleccionó y copió un recetario del convento de San Jerónimo” y no lo creeríamos, de no ser por que en él, se revelan algunos de los aspectos del arte culinario de la Nueva España, así como el carácter polifacético de la monja, que queda claro con una dedicación que hace para sus hermanas. 

Lisonjeada, oh, hermana, de mi amor propio.

Me conceptúo formar esta escritura

del Libro de Cocina y ¡qué locura!

concluirla, y luego vi lo mal que copio.