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¿Por qué se comen palomitas en el cine? Conoce la historia detrás de esta costumbre

Las palomitas de maíz datan de casi 4 mil años atrás y aquí te contamos cómo llegaron al cine
miércoles, 2 de junio de 2021 · 17:47

La mayoría de las personas que asisten al cine disfrutan estar "picando" algún alimento y quizá esto explica en parte la relación que existe entre las palomitas de maíz y una sala de cine, pero ¿conoces su historia? Primero habría que decir que los primeros vestigios de las palomitas de maíz datan alrededor del año 3600 antes de Cristo, en México, lugar de donde es originario este vegetal.

Aquí comenzó a cultivarse hace aproximadamente nueve mil años y se cree que nuestros antepasados prehispánicos usaban ollas de barro muy calientes o ceniza ardiente para colocar los granos de maíz y hacerlos explotar, convirtiéndolos en lo que hoy conocemos como palomitas. Este alimento comenzó a extenderse a otros países tras la conquista española y llegó por supuesto a Estados Unidos.

Hacia finales del siglo XIX, en 1885 para ser exactos, Charles Cretors inventó una máquina comercial para fabricar las palomitas de maíz, aunque fue hasta el 10 de agosto de 1891 que solicitó una patente, la cual se le concedió dos años después. Y como dice el dicho "se juntó el hambre con las ganas de comer", porque en el momento exacto entraron a las salas.

¿Cuál es la historia de las palomitas y el cine?

De acuerdo con un artículo de la revista Smithsonian, algunos decidieron vender palomitas afuera de los cines y la gente las compraba al ser un alimento económico para la época. No obstante, para que este alimento entrara a las salas pasó más tiempo, pues en un principio los dueños no querían que la gente introdujera alimentos para evitar dañar el inmobiliario, las alfombras y grandes cortinas.

Sin embargo, con la introducción del sonido en 1927 y la consecuente incorporación de los diálogos que ya no requerían de las personas leer, hizo mucho más accesible el entretenimiento para la mayoría de la población que era analfabeta.

Al poco tiempo, Estados Unidos entró a la etapa conocida como la Gran Depresión, momento del crack económico que dejó en bancarrota a muchos y a otros tantos con una crisis financiera considerable, de la cual, el único lujo que alcanzaba a costearse era asistir al cine.

Fue a principios de la década de 1930, cuando al percatarse del potencial que tenían las palomitas de maíz en el cine, Julia Braden, una mujer empresaria, convenció a los dueños de unos cines en Missouri para dejarla vender palomitas al interior, lo que rápidamente se volvió un éxito que le dejó buenas regalías.

Al ver los resultados, los dueños de los cines eliminaron a los intermediarios y agregaron la dulcería a las salas, mismas que llegarían a aportar hasta el 85% de sus recursos, un ingreso que aún sostiene a las grandes cadenas. Esta relación se afianzó durante la Segunda Guerra Mundial y el resto, es historia conocida.

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