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Netflix: 5 lecciones que la película 'Un viaje de 10 metros' enseña a los amantes de la comida

No importa si ya viste la película o si apenas le darás una oportunidad entre tus recomendaciones, vale mucho la pena
domingo, 11 de abril de 2021 · 16:03

Ver películas y series ha sido para muchos una tabla de salvación, porque por un rato se permiten olvidar del mundo, la incómoda realidad en la que vivimos y viajar al inmenso universo de la ficción, donde todo es más bonito, pero sobre todo: posible.  Ahí está por ejemplo la historia de Hassan Haji, un joven hindú, que conoce el mundo de la industria restaurantera desde muy joven gracias a su familia. Concretamente a su padre, quien sufrió el derrumbe de su restaurante en Bombay, India, que había sido su sustento por generaciones. 

La familia Kadam entonces decide mudarse a una provincia al sur de Francia y abrir nuevamente su negocio, pero justo frente a un restaurante famoso por tener 1 estrella Michelin. Esta maniobra no sólo desata una competencia entre los dueños, sino además una lucha contra el desarraigo entre el cocinero y hermano mayor de la familia hindú, quien se ve interesado en la gastronomía francesa de la exigente chef y dueña de su restaurante vecino, Madame Mallory (Helen Mirren), ¡Ah y en una chica que trabaja en el sitio! 

Basada en la novela de A hundred feet journey, de Richard C. Morais, esta película a cargo del fantástico director sueco, Lasse Hallström, pone en entredicho muchas cosas que hay que dejar de lado a la hora de comer o mejor aún, de cocinar: El orgullo, la humildad y sobre todo la identidad culinaria de la que muchos somos portadores y ni siquiera lo sabemos. Por eso el joven Hassan entra constantemente en conflicto. ¿Lo que es bueno para la comida hindú lo es también para la francesa? 

Esta y otras incógnitas responde esta película, que pese a ser una comedia romántica, nunca dejamos de ver esta nutritiva y común problemática del choque de dos culturas. Especialmente una tan milenaria como la de la India contra una tan vanguardista, como siempre lo ha sido la francesa. Quizá por eso resulta tan conmovedor ver el momento en que se enfrentan y concluir que ninguna es mejor que otra, simplemente son distintas y ahí radica su gran riqueza. 

Hoy traemos para ti 5 lecciones que 'Un viaje de 10 metros' enseña a los amantes de la comida. No importa si ya viste la película desde 2014 o si apenas le darás una oportunidad próximamente entre lo que quieres ver o incluso, lo que te han recomendado, porque debemos de ser muy francos: Sí, es muy recomendable verla, especialmente si te apasiona el mundo de la gastronomía, porque al igual que en Chocolat con Juliette Binoche y Johnny Depp, Lasse Hallström nos deja con un agradable sabor de boca después de ver esta historia. 

1. Empezar desde cero siempre es difícil

No importa qué tan talentoso seas. La vida siempre tiene altibajos y tienes que saber que empezar desde cero, nunca es malo. Especialmente si estás decidido a dedicarte a algún arte o a la gastronomía. Habrá cosas que quizá merezcan la basura, pero hay algo que te dejan: Aprendizaje.  Esto, definitivamente es invaluable. Todos recordamos el momento en que Madame Mallory tira a la basura el omelette de Hassan, pero este se sobrepone y después perfecciona su talento. 

2. Siempre es mejor reconocer nuestros errores

Claro que sí. Es difícil, pero también es necesario y cuando lo hacemos, muy satisfactorio. Si Madame Mallory pudo limpiar el muro de la 'frontera' entre su restaurante y el de la competencia (Que uno de sus cocineros incendió), ¿Tú por qué no podrías reconocer que te equivocaste?

3. La familia es importante siempre

Sin duda, Hassan no habría conquistado ninguna cima, sin su pasado familiar, que aunque era complicado, también lo forjaron a él y a su carácter y claro, a su comida.

4. La comida es algo más que un bocado, es historia y tradiciones

Sin duda, este es uno de los mensajes más claros que podemos ver en la película, pues con sólo leer el título intuimos que se trata de una metáfora que enfrenta a dos mundos muy distintos y cuando le damos play, nos damos cuenta de que efectivamente, a veces no hace falta viajar físicamente al país para conocer un poco sus costumbres, hoy en día, basta con probar algo de su comida, para que nos abra el apetito cultural para entenderlo todo mucho mejor. Sin duda, los ingredientes cuentan una historia. 

5. Las diferencias no siempre separan, a veces son el complemento perfecto

Lo más entrañable es ver cómo los dos adultos mayores subsanan sus diferencias y ambos se dan cuenta de que son más felices cuando están juntos. Por eso, nos atrevemos a decir, que Un viaje de 10 metros es el triunfo de la amistad y el amor sobre los odios interraciales y el orgullo desmedido.