Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal ganan el premio Pritzker de Arquitectura 2021

Los arquitectos franceses Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal, fundadores de Lacaton & Vassal, fueron reconocidos con el Premio Pritzker 2021, el mayor honor de la arquitectura, debido a su labor en este rubro, pues como aseguró Tom Pritzker, presidente de la Fundación Hyatt, han hecho contribuciones consistentes y significativas a la humanidad y al entorno.

Con este importante reconocimiento, Lacaton se convirtió en la primera arquitecta francesa en ganar el Premio Pritzker, lo que se vuelve en una hazaña emblemática. Elogiados por renovar y mejorar la vida de muchos, los diseños arquitectónicos del dúo francés responden también a las urgencias ambientales de la actualidad en el ámbito de la vida urbana.

Al repensar la noción de sostenibilidad, Lacaton y Vassal se basan en el principio de "nunca demoler", por lo que aprovechan la oportunidad de transformar el espacio y actualizarlo de forma que el edificio se mantengan las propiedades duraderas, razón por la cual se les reconoció como uno de los ámbitos más importantes para las generaciones futuras.

Lacaton y Vassal, el principio de las próximas generaciones

De acuerdo con Alejandro Aravena, presidente del jurado del Premio Pritzker de Arquitectura, este año ha sido trascendental para la sociedad, un momento en el que "más que nunca, nos hemos sentido parte de la humanidad en su conjunto, ya sea por motivos sanitarios, políticos o sociales", por lo que consideró necesario crear un sentido de colectividad.

"Como en cualquier sistema interconectado, ser justo con el medio ambiente, ser justo con la humanidad, es ser justo con la próxima generación. […] Lacaton y Vassal son radicales en su delicadeza y audaces en su sutileza, equilibrando un enfoque respetuoso pero directo con el entorno construido."

El dúo francés ha sido reconocido en el pasado por sus proyectos de vivienda sostenible y por el Palais de Tokio, una galería de arte contemporáneo en París, además del trabajo de tres décadas en las que priorizaron el "enriquecimiento de la vida humana", beneficiando al individuo y apoyando la evolución de la ciudad sin olvidarse de un diálogo con el pasado.