Día de Muertos

¿Qué era el Mictlán? Conoce cómo esta leyenda dio paso al festejo del Día de Muertos

Colocar alimentos para los difuntos esta relacionado con esta creencia de la civilización mexica
lunes, 1 de noviembre de 2021 · 14:45

Si algo nos queda claro es que de la muerte nadie escapa. Sin embargo, algo que nos caracteriza a los mexicanos es la capacidad de afrontar esta realidad con el mejor espíritu; prueba de ello es la celebración del Día de Muertos, una fiesta que nos recuerda nuestra naturaleza mortal mediante decenas de colores y sabores.

¿Ya sabías que esta efeméride tiene su origen en el famoso Mictlán? Un lugar en el que creían nuestros antepasados prehispánicos. En ese periodo, muchas etnias mesoamericanas rendían culto a la muerte y entre ellas estaba la mexica, cuyos dioses encargados de definir el destino de las ánimas.

La historia del Mictlán, la leyenda dio paso al festejo del Día de Muertos

La leyenda del Mictlán buscaba dar respuesta a incógnitas como qué es lo que pasa después de morir y a dónde vamos una vez que sucede esto. Según el Códice Florentino, el Mictlán estaba dividido de acuerdo con la manera de morir. Por ejemplo, a la Tonatiuh Ichan, "la casa del sol" entraban aquellos guerreros que habían muerto en el campo de batalla. En el caso del Cincalco, casa del dios Tonacatecutli, iban quienes murieron siendo infantes pues al ser tan jóvenes se les consideraba inocentes.

De acuerdo con la creencia, estos sitios eran reinados por Mictecacíhuatl y Mictlantecuhtli, los señores del Mictlán o “lugar de los muertos”. Para llegar aquí, las almas debían lidiar y sortear una serie de obstáculos para poder conseguir el descanso eterno.

Para ayudarlos, los vivos los acompañaban mediante un ritual, en el que se colocaban y ofrendaban todos los objetos personales de los seres fallecidos. Finalmente, su cuerpo era simbólicamente alimentado con los manjares más exquisitos. Después de cuatro días, el cuerpo era llevado a enterrar o cremar.

Con la llegada de la población europea, este ritual sufrió un proceso de aculturación. La fiesta del dios del inframundo se unió junto con la celebración de los difuntos y se reinventó el proceso hasta ser concebido como lo conocemos ahora en el que se siguen sirviendo platillos como pan de muerto, tamales, mole, dulce de calabaza y las famosas calaveritas de azúcar.