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Conoce los secretos y la historia del mole amarillito de la mano del chef Israel Aretxiga

Descubre cómo se creó este popular mole y su influencia dentro de la gastronomía mexicana
jueves, 24 de septiembre de 2020 · 13:26

El mole es uno de los platillos más representativos de la cultura mexicana, un verdadero referente frente al mundo que aprecia lo mejor la gastronomía del país. Sobre su origen, existen muchas versiones por lo que es complicado saber con exactitud cuándo se preparó por primera vez, sin embargo, hay pruebas que señalan que ya era elaborado desde la época prehispánica como una preparación a base de chilli bermejo, tomate y pepitas de calabaza. 

En el programa matutino de Sergio y Lupita, el chef Israel Aretxiga (@israelaretxiga), nos da un adelanto de lo que se publicará en las páginas de El Heraldo de México: el mole. Con su experiencia, nos ayudará a entender mejor la influencia de este platillo en el país, así como su historia, sus primeras preparaciones y una de sus recetas favoritas que comparte con nosotros. 

"El mole es uno de esos platos que nos representan como mexicanos, el cual proviene de la palabra 'mulli' que significa salsa, un plato prehispánico que antes de la llegada de los españoles se preparaba de forma muy sencilla con una base de chile con algunas especias de la región."

- chef Israel Aretxiga

 

Tras la llegada de los españoles al país, se comenzó con un intercambio de materias primas que traen consigo algunos frutos secos que se van añadiendo a la preparación del mole y otras especias que provienen de las indias, con los que se van creando nuevas variantes de distintos moles que hasta la fecha siguen estando muy presentes dentro de la cultura gastronómica mexicana. 

"Un mole que a mi me gusta mucho es el manchamanteles, uno de color amarillito, un tono entre amarillo y naranja. Este mole es uno muy particular ya que tiene una carga frutal muy amplia, con plátano, manzana, jícama dura, y cuya historia es muy curiosa, ya que se cree que en el convento de las monjas de Santa Clara había una monja que no escuchaba muy bien y no entendió los ingredientes que tenía que poner, y cuando es probado por la abadesa le gusta tanto la creación que come dos platos y mancha todo el mantel del gusto", señaló el chef Israel Aretxiga.

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