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¿Qué es y cómo hacer una dieta sostenible? Esto te interesa

Este tipo de alimentación es accesible y económicamente justo, nutricionalmente adecuado, culturalmente aceptable y optimiza los recursos naturales y humanos
lunes, 3 de agosto de 2020 · 12:29

Contrario a lo que podrías suponer, no, una dieta sostenible no solo podría ayudarte a llevar un estilo de vida más saludable y nutritivo cuidando del ambiente, sino que también atraviesa esferas como la económica y sociocultural.

Poner fin al hambre es nada menos que el segundo objetivo de desarrollo sostenible. Según las cifras de la Organización de las Naciones Unidas, se estima que cerca de 690 millones de personas en el mundo padecen hambre, es decir el 8.9% de la población total. De continuar el estilo de vida alimenticio que hemos estado practicando, las cifras para el año 2030 serán de terror, pues el hambre superará a las 840 millones de personas.

Además, la producción y el consumo de alimentos son responsables del 19% al 29% de las emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano, el 60% de la pérdida de biodiversidad terrestre y el 70% del consumo de agua dulce, mientras que los alimentos de origen animal son la principal causa de estos gases de efecto invernadero.

Aunque no lo parezca, estos aspectos están ligados entre sí y provienen de un sistema alimenticio que, además de explotar los recursos naturales, provocar fuertes cargas de sustancias contaminantes y desfavorecer a ciertas poblaciones; es poco saludable.

El papel de la dieta sostenible 

Una dieta sostenible es aquella que genera un impacto ambiental reducido y que contribuye a la seguridad alimentaria y nutricional, pero además protege y respeta la biodiversidad, los ecosistemas. Lo más importante de este estilo de alimentación es que, a diferencia de muchos que se han puesto de moda en los últimos años, es accesible y económicamente justo, nutricionalmente adecuado, culturalmente aceptable y optimiza los recursos naturales y humanos.

Algunos de los siguientes tips te pueden ayudar a llevar un estilo de vida de este tipo:

 

Comer más alimentos de origen vegetal.

Alimentarse de una manera variada.

Apoyar el comercio local y evitar comprar productos de procedencias lejanas.

Reducir los desperdicios.

Moderar el consumo de carnes.

Comprar alimentos que cumplan con un estándar certificado.

Optar por la lactancia materna .

Comer menos alimentos procesados.

 

Aunado a este estilo de vida la ONU también ha propuesto políticas internas para los estados miembros entre las que figuran gravar con impuestos los alimentos no saludables, la subvención u ofrecimiento de incentivos económicos al consumo de opciones alimenticias más saludables, promover  la colaboración y los acuerdos comunes, la realización de campañas y programas educativos en las escuelas, el mejorado de etiquetado y la inclusión de la sostenibilidad en las guías alimentarias.