Patrimonio de la Humanidad

Atacan a Fray Junípero Serra y con él a su legado en la gastronomía

Juanma Martínez nos presenta una reflexión sobre los ataques a la estatua de Fray Junípero Serra
lunes, 22 de junio de 2020 · 16:58

Vivimos tiempos convulsos, tiempos crispados, donde la ineptitud toma forma de arte, o de rebelo, o simplemente de manifestación de derechos. Creo que me hice anticuado, quizás antes de hora. Anticuado por albergar valores que hoy poca cabida tienen en la realidad que vivimos. Tu libertad comienza donde termina la de los demás, me decía mi profesora, casi en la prehistoria. Intento alejar de mi memoria esos saqueos del Museo de Arqueología de Bagdag, allá por la caída de Sadam Husein, o esos derribos talibanes de las estatuas milenarias de Buda en Afganistán.

Vivimos tiempos convulsos, tiempos crispados, donde lanzar latas de pintura o cabalgar sobre caballos de mármol centenarios, es más fácil que debatir con ideas, que leer, que contextualizar sobre datos, si no objetivos, algo más cercanos al respeto de los hechos, tal y como ocurrieron; quizás debatirlos, pero eso sí, con eso que se llama investigación, o estudio de las pruebas que se denomina historia.

A veces, siento ganas de soltar una lágrima, esa que define la incomprensión, quizás la vergüenza ajena por los que no pueden defenderse más allá del legado que dejaron. Las turbas “antiracistas” atacaban la figura de un Churchill con cara de sabio relajado frente a las puertas del Parlamento británico, ante la atónita mirada de aquellos que esperan el acontecer de los hechos para después condenarlos.

Ayer le tocó a Colón, en Nueva York, la ciudad de las luces y de las ideas liberales, dicen que sobra, que se vaya, que retiren su fría presencia del que una vez fuera un loco para muchos, incluidos sus patrocinadores, los Reyes Católicos, ante sus ideas de un mundo redondo y de una ruta más rápida para llegar a las Indias. También ayer una surrealista alcaldesa de Barcelona, Ana Colau, oportunista como el populismo que la sostiene, ponía el dedo en la llaga, y cuestionaba la estatua de tan desvalido caballero, que preside el final de las Ramblas de la Ciudad Condal.

¿Hay algo de lúcido en este revisionismo histórico de pan y pescado, sin ton ni son, tan carente de raciocinio y tan abrasivo con la realidad histórica? Simplemente no. Lo políticamente correcto es oír, ver y callar.

Hoy, se ha llegado más lejos, en Palma de Mallorca la estatua del santo Junípero Serra, señalada por la orda populista amaneció pintorreada de rojo con la palabra racista.

Y tú que me estás leyendo, me dirás, ¿qué tiene que ver esto con la Gastronomía? ¿Quién era ese religioso para que tú como gastrónomo nos lo traigas a esta sección?

Pues bien, este señor, Fray Junípero Serra, fue canonizado por el Papa Francisco, el 23 de septiembre de 2015, siendo merecedor de grandes y numerosos actos conmemorativos.

A parte de un incansable misionero y protector de los indígenas, según Francisco Morales Valerio, Doctor Honoris Causa de la Universidad de San Buenaventura de Nueva York y miembro de la Academia Mexicana de la Historia, Fray Junípero debe considerarse un santo mexicano, pues durante su heroica peregrinación vivió y exploró una llaga en la pierna gran parte del territorio de la Nueva España. La ruta de su viaje en el siglo XVIII remite a la formas tradicionales de alimentación indígena, la adaptación de los elementos naturales a través de diferentes entorno geográficos, las costumbres implementadas en las misiones creadas tanto en la Sierra Gorda de Querétaro como en la península de Baja California y en la Alta California.

Fray Junípero fue un buen hombre, alimentado de “sopa boba” muy alejado de las elites populistas que dirigen el ataque a su figura.

Y para aquellos que quieran saber más sobre él, una recomendación: La Cocina en la ruta de las misiones de fray Junípero Sierra, trabajo de investigación de José Luis Curiel Monteagudo  publicado por el Editorial Porrúa.

Porque la Cocina forma parte de la cultura y del patrimonio del mundo, prodiguemos en la lectura y el estudio, sólo con respeto podremos construir un mundo mejor.