Tendencias

¡Ni la grasita, ni la sazón de mamá! La razón por la que sabe tan bien el recalentado

El sabor del recalentado siempre es mucho mejor que la preparación recién salida del horno
viernes, 25 de diciembre de 2020 · 10:30

La Navidad y Año Nuevo traen consigo las preparaciones más exquisitas por las que hemos esperado todo el año. Pavo relleno, pierna adobada, bacalao, romeritos, pollo al horno y muchas más recetas forman parte de estas cenas en la que nos sentamos todos a la mesa a compartir en familia todo lo bueno y malo que nos dejó el año, pero lo que sin duda es uno de los grandes eventos más esperados por muchos de nosotros es el recalentado. 

Al inicio parece toda una novedad, pero al paso de los días el relleno del pavo parece interminable por lo que se nos agotan las ideas intentando pensar qué más hacer para poder variar las preparaciones y no terminar desperdiciando nada. Sin embargo, hay un fenómeno bastante curioso y es que justamente un día después de la cena, el recalentado sabe mucho mejor que la noche anterior. 

Seguro puedes recordar que en más de una ocasión el antojo se apoderó de tu paladar desde el olor cuando se comienza a calentar tu platillo favorito, hasta el primer bocado en llegar a tus labios, y seguro te habrás preguntado porqué esa mañana los platillos de la cena saben mucho mejor que los que probaste la noche anterior, aún sabiendo que ninguno de ellos fue modificado durante el proceso para calentarlo. 

¿Por qué sabe tan bien el recalentado?

Ni la resaca, ni la grasita del pavo o cerdo, ni mucho menos la sazón de mamá y el amor que puso para cocinar son las responsables de que tu plato de recalentado tenga un sabor tan distinto pero delicioso a la mañana siguiente. Contrario a la creencia popular, el recalentado es un fenómeno químico en el que entra en juego la composición de los alimentos. 

Según científicos y expertos en gastronomía, coinciden que el recalentado sabe tan bien por una reacción química en la que al colocar los alimentos de nuevo en el fuego, los líquidos que contienen se modifican, lo que hace que nuestros platillos favoritos tengan un mejor sabor que la noche anterior. Incluso, los mismos organismos y hongos de los alimentos se descomponen para acentuar esos sabores que no logramos descubrir cuando nos servimos la cena por primera vez. 

El cambio en el sabor se da a partir del reposo de los alimentos, ya que todos los jugos se acentúan en el fondo de la olla y al volverlos a calentar es más sencillo saborear el sabor cítrico del marinado o el relleno del pavo, así como todas las especias del mole en los romeritos. Sea cual sea el motivo, estamos seguros que el recalentado de este año seguro tendrá un sabor exquisito en cada uno de los bocados.