Saludable

¿Por qué es importante adoptar la dieta mediterránea en tiempos de pandemia?

La dieta mediterránea no solo es una forma de comer, sino un estilo de vida
martes, 3 de noviembre de 2020 · 13:57

Alrededor de todo el mundo siempre se ha estudiado la relación de ciertos patrones dietéticos con la prevención de enfermedades peligrosas o no transmisibles y, actualmente, la COVID-19 es sobre la cual abunda mayor interés.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los cuatro tipos principales de enfermedades no transmisibles son: las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes y las enfermedades crónicas respiratorias. La relación de cualquiera de estos padecimientos reside principalmente en factores como el peso corporal, la presión arterial, la sensibilidad a la insulina, las concentraciones de lipoproteínas en sangre, la inflamación o el estrés metabólico; todos capaces de modificar sustancialmente el organismo y sus funciones.

Es por ello que la investigación sobre patrones dietéticos saludables ha cobrado tanta relevancia en los últimos años, y que a la fecha se siguen buscando soluciones complementarias que puedan coadyuvar a la prevención y recuperación de cualquiera de los padecimientos no transmisibles. Ante esto, la dieta mediterránea ha sido respaldada por evidencia científica publicada en el portal de la revista  Actualidad Médica, estableciéndose como un estilo de vida protector frente al desarrollo de estas patologías.

Dieta mediterránea, una alternativa para una vida saludable

La dieta mediterránea no solo es una forma de comer, sino un estilo de vida. Por un lado, predomina un alto consumo de alimentos de origen vegetal: frutas, verduras, legumbres, cereales, frutos secos y semillas. Sumado a esto, cualquier otro alimento que se ingiera debe estar mínimamente procesado, ser de temporada y local. Además, se utiliza el aceite de oliva como la principal grasa de la dieta y el aporte proteico debe dejar un poco de lado a las carnes rojas para dar un lugar protagónico a las legumbres, pescado, huevos y algunos lácteos.

Líquidos como el agua y las infusiones son fundamentales, así como dejar de lado las azúcares provenientes de postres. Sin embargo, esta dieta no estará completa sin hábitos como una alta exposición solar y ejercicio físico diario.

Varias asociaciones médicas de gran relevancia como The American Diabetes Association y The American Heart Association han asociado este estilo de vida con la disminución de factores de riesgo cardiovascular y el control glucémico en pacientes con diabetes tipo 2, gracias a los efectos antiinflamatorios y antioxidantes de los alimentos de alta densidad nutricional.

¿Sorprendido? Pues esto no es todo...

Relación con la COVID-19

Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, alrededor del 80% de las personas se recuperan de la infección por COVID-19 sin necesidad de tratamiento hospitalario, sin embargo, 1 de cada 5 personas que contrae el virus desarrolla una enfermedad grave y tiene dificultad para respirar. Esto significaría que las personas mayores y las que padecen afecciones médicas como hipertensión arterial, problemas cardíacos o pulmonares, diabetes o cáncer tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave.

Ante estos alarmantes datos, los profesionales de la salud han buscado respuestas sobre cuál es el papel que podría tener un estilo de vida saludable, como el seguimiento de la dieta mediterránea como modo de vida, en nuestro sistema inmune y si podría fungir como protector frente al desarrollo de las complicaciones derivadas de esta infección.

Para responder esto, la Academia Española de Nutrición y Dietética y el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas (CGCODN) afirman:

En ningún caso la alimentación, por sí misma, evita o cura la infección por coronavirus, o por cualquier otro virus”. 

Sin embargo, si es bien sabido que existe un factor clave muy presente en el estilo de vida mediterráneo que podría prevenir las complicaciones desarrolladas por la infección de COVID-19: el estatus de la vitamina D.

Los mecanismos por los que la vitamina D reduce el riesgo de infecciones del tracto respiratorio son: mantenimiento de las uniones estrechas, exterminación de los virus envueltos mediante la inducción de catelicidina y defensinas, y reducción de la producción de citoquinas proinflamatorias por el sistema inmune innato, reduciendo así el riesgo de que se desarrolle una tormenta de citoquinas que acabe provocando una neumonía.

En España, la Academia Española de Nutrición y Dietética y el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas también ha emitido un informe en el que sostiene que “se debería empezar a medir los niveles séricos de vitamina D en pacientes críticos con COVID19 para evaluar si estos niveles se correlacionan con el riesgo de necesidad de ventilación y con la mortalidad, comparando siempre con otros pacientes críticos que tengan niveles adecuados”. En cuanto a la suplementación sistemática para población general, “no se recomienda pero sí en ciertos grupos”

Además, es bien sabido que el sistema inmunitario humano requiere micronutrientes, como las vitaminas A, B6, B12, C, D y E, así como cobre, ácido fólico, hierro, selenio y zinc; todos los elementos que podemos hallar en un estilo de vida alimenticio como el mediterráneo.

En resumen, la dieta mediterránea podrá no curar ni evitar la infección por coronavirus pero, como estilo de vida, puede ayudar a prevenir complicaciones derivadas de la misma.