Las vísceras forman parte de muchos platillos tradicionales en México y otros países. Se usan en caldos, guisados, tacos y hasta en tortas. Algunas personas las aman, otras prefieren evitarlas, pero lo que es cierto es que tienen una carga importante de nutrientes… y también de advertencias.
A lo largo del tiempo, las vísceras —como hígado, riñones, sesos, corazón o pancita— se han valorado por ser alimentos ricos en hierro, vitaminas del grupo B y proteínas. Sin embargo, su consumo no es para todos. Algunas personas, por condiciones médicas o factores de riesgo, deberían evitarlas.
Por eso, si te encantan o si apenas estás pensando en incluirlas en tu dieta, vale la pena conocer quiénes deben limitar o evitar el consumo de las vísceras y qué riesgos existen. Aquí te contamos todo lo que sabemos respecto a este peculiar alimento.
¿Qué son las vísceras?
Las vísceras son los órganos internos de animales como el cerdo, la vaca o el pollo. Incluyen el hígado, corazón, riñones, sesos, intestinos y estómago (como la famosa pancita). En muchos hogares son un ingrediente común, pero su composición nutricional es muy distinta a la de la carne muscular.

Son muy ricas en vitaminas, minerales y proteínas, pero también en colesterol, purinas y, dependiendo del órgano, sustancias que pueden ser problemáticas si se consumen en exceso o si existen ciertas condiciones médicas.
¿Quiénes no deben comer vísceras?
No todas las personas pueden comer vísceras con tranquilidad. A continuación, te dejamos una lista de quienes deberían evitarlas o limitar su consumo:
- Personas con colesterol alto: Las vísceras, especialmente el hígado y los sesos, contienen niveles elevados de colesterol.
- Pacientes con ácido úrico elevado o gota: Tienen muchas purinas, que pueden empeorar estos padecimientos.
- Personas con problemas renales: Los riñones y otras vísceras pueden sobrecargar el sistema renal.
- Personas con enfermedades cardiovasculares: Por su contenido en grasas saturadas y colesterol, pueden afectar la salud del corazón.
- Mujeres embarazadas: El hígado, por ejemplo, contiene altos niveles de vitamina A, que en exceso puede ser riesgoso durante el embarazo.
- Niños menores de 2 años: No es recomendable incluir vísceras en su dieta diaria debido a su sistema digestivo inmaduro.
Riesgos del consumo excesivo de vísceras
- Colesterol elevado: Su alto contenido puede afectar los niveles de colesterol malo (LDL) en sangre.
- Acumulación de toxinas: Algunos órganos como el hígado o los riñones procesan desechos en el cuerpo del animal, por lo que si no se cocinan bien o se consumen en exceso, podrían representar un riesgo.
- Sobrecarga de vitamina A: En grandes cantidades, el hígado puede provocar toxicidad por vitamina A, que daña el hígado humano.
- Mal manejo o cocción: Si no se preparan correctamente, pueden ser foco de bacterias o parásitos, como la salmonela o el E. coli.