Cuando se habla del cáncer, solemos pensar que sus causas se limitan a la genética o a factores ambientales fuera de nuestro control. Sin embargo, muchas veces el estilo de vida y los hábitos diarios también tienen un papel importante. Lo que comemos y bebemos puede marcar una gran diferencia en nuestra salud a largo plazo.
Uno de los tipos de cáncer que más ha crecido en los últimos años es el cáncer de hígado, y no siempre está relacionado con el consumo de alcohol. Enfermedades como la obesidad y el hígado graso no alcohólico se han vuelto más comunes, y los expertos señalan que la alimentación está directamente relacionada con su aparición.
Entre los alimentos y bebidas que más preocupan a los especialistas están los refrescos. Estas bebidas, tan presentes en la dieta de muchas personas, contienen una cantidad alta de azúcares como la fructosa, que es procesada directamente por el hígado y puede tener efectos negativos cuando se consume en exceso.
¿Qué pasa con la fructosa y por qué afecta al hígado?
La fructosa es un tipo de azúcar que, a diferencia de la glucosa, se metaboliza casi exclusivamente en el hígado. Cuando se consume en grandes cantidades, el hígado la convierte en grasa, lo que puede contribuir al desarrollo de hígado graso no alcohólico (EHGNA). Este problema, si no se controla, puede avanzar hasta convertirse en cirrosis o incluso en cáncer.
Además, la acumulación de grasa en el hígado puede generar resistencia a la insulina, una condición que aumenta el riesgo de diabetes tipo 2 y síndrome metabólico, dos factores que están directamente relacionados con el deterioro de la salud hepática. Y todo esto puede empezar simplemente por consumir bebidas azucaradas de manera habitual.
Los refrescos, sobre todo los que contienen jarabe de maíz de alta fructosa, son una de las fuentes más grandes de este tipo de azúcar. Aunque su consumo es común y muchas veces diario, los efectos que tiene en el cuerpo pueden ser serios, especialmente a largo plazo.
Refrescos y riesgo de cáncer de hígado: lo que dice la ciencia
Un estudio realizado por la Universidad de Harvard arrojó datos que han llamado la atención de la comunidad médica. Según los resultados, el consumo diario de una bebida azucarada al día puede aumentar el riesgo de cáncer de hígado hasta en un 85?% en mujeres. Este dato se obtuvo al analizar a mujeres posmenopáusicas en Estados Unidos durante un periodo prolongado.
Además del aumento del riesgo de cáncer, el mismo grupo de mujeres presentó un 68?% más de probabilidad de morir por enfermedad hepática crónica, en comparación con quienes consumían estas bebidas tres veces al mes o menos. Aunque el estudio se centró en mujeres, los expertos señalan que los resultados podrían extenderse a otros grupos con hábitos similares de consumo.
