El bolillo es uno de los panes más tradicionales y consumidos en México. De forma alargada y corteza crujiente, este pan blanco es un acompañante infaltable en la mesa, tanto en desayunos como en cenas. Se usa para preparar tortas, acompañar sopas o simplemente para untar con frijoles, mantequilla o cualquier guiso casero. Además de ser el ingrediente más importante para los chilangos, los cuales tratamos de meter cualquier cosa en un bolillo, como las tortas de tamal, torta de cajeta, torta de chilaquiles, entre otros inventos divertidos.
Sin embargo, muchos optan por retirar el migajón del bolillo con la creencia de que así es más saludable. Sin embargo, ¿realmente esta práctica reduce significativamente su aporte calórico o mejora su perfil nutricional? Esta es una pregunta que nos hemos hecho miles de personas.
Por esta razón, especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han analizado el tema para despejar dudas frecuentes sobre el consumo del bolillo, incluyendo su aporte calórico y su equivalencia nutricional con otros alimentos comunes, como las tortillas de maíz.

¿Es más saludable comer el bolillo sin migajón?
El bolillo, elaborado con harina de trigo, levadura, agua y sal, es una fuente importante de carbohidratos. Una pieza de 60 gramos aporta aproximadamente 183 calorías, 5.7 gramos de proteína, 39 gramos de carbohidratos y 541.4 mg de sodio . Según la UNAM, consumir un bolillo completo equivale a ingerir tres tortillas de maíz o siete tazas y media de palomitas de maíz naturales .
En cuanto a retirar el migajón, la Guía de Alimentos para la Población Mexicana, publicada por la Secretaría de Salud, sugiere que es preferible consumir medio bolillo sin migajón al día. No obstante, esta recomendación depende de factores individuales como el nivel de actividad física, el peso y el estado de salud de cada persona . Es importante destacar que, aunque quitar el migajón puede reducir ligeramente la ingesta calórica, no transforma al bolillo en un alimento significativamente más saludable.
Por lo que, el bolillo puede formar parte de una dieta equilibrada si se consume con moderación y se considera dentro del contexto de las necesidades energéticas individuales. Retirar el migajón puede ser una estrategia para reducir calorías, pero no debe ser la única medida para mejorar la calidad de la alimentación. Es fundamental acompañar esta práctica con una dieta balanceada y actividad física regular para mantener una buena salud.