En muchos hogares mexicanos, el queso de puerco es parte de las botanas o también se puede disfrutar en una torta o sándwich. Tiene un sabor intenso, textura firme y un color peculiar que llama la atención. Pero a pesar de su nombre, no es un queso como tal, sino un embutido con altas concentraciones de sodio.
Es común verlo en carnicerías, tianguis y mercados, especialmente en las zonas del centro y sur del país. Su origen viene de aprovechar todo lo posible del cerdo, en especial de la cabeza, una costumbre que tiene siglos en la cocina mexicana. Aunque su nombre pueda confundir, no lleva leche, ni se produce como los quesos que todos conocemos.
A pesar de lo sabroso que puede ser, no todas las personas deberían comerlo. Esto se debe a sus ingredientes y al tipo de preparación que tiene. Si tienes dudas sobre si puedes incluirlo en tu dieta o no, aquí te contamos de qué está hecho y quiénes deberían evitarlo.

¿Qué es y cómo se hace el queso de puerco?
El queso de puerco es un embutido de cerdo hecho principalmente con partes del animal como la cabeza, lengua, cachete y hasta cartílagos. Estos ingredientes se cocen, se desmenuzan y se mezclan con especias como ajo, orégano, laurel, clavo y pimienta. Después, la mezcla se prensa dentro de una tripa natural o artificial, dándole forma redonda y compacta.
Su sabor es fuerte, algo salado y con un toque especiado que lo hace ideal para acompañar con pan, tostadas o en tacos. No es raro verlo también en puestos de carnitas o en los refrigeradores de tiendas de abarrotes, al lado de otros embutidos como el jamón o el chorizo.
¿Quiénes deberían evitar comer queso de puerco?
Aunque es sabroso, no es un alimento que se recomiende para todos. Por su alto contenido de grasas saturadas, colesterol y sodio, puede ser riesgoso para personas con ciertas condiciones de salud. Especialmente si se consume en exceso o con mucha frecuencia.
- Personas con hipertensión: El sodio que contiene puede elevar la presión arterial.
- Quienes tienen problemas de colesterol alto: Al estar hecho con partes grasas del cerdo, eleva los niveles de colesterol LDL.
- Personas con enfermedades cardíacas: Por la combinación de sodio y grasas saturadas, no es lo más amigable con el corazón.
- Personas con problemas hepáticos o renales: El procesamiento del producto y sus ingredientes pueden sobrecargar el hígado y los riñones.
- Quienes buscan una dieta baja en calorías: No es un alimento ligero, ni de los más recomendables si estás cuidando tu peso.