Cada 1 de junio celebramos el Día Mundial de la Leche, una fecha proclamada de forma internacional para reconocer la gran importancia de este alimento en la nutrición de millones de personas alrededor del mundo. La leche, rica en calcio, proteínas y vitaminas, ha formado parte de la dieta humana desde hace miles de años, de ahí que no sea tan sorprendente que el planeta le haya asignado un día especial.
A pesar de su importancia, en las últimas décadas han circulado muchas ideas y mitos erróneos sobre su consumo, desde supuestos efectos negativos en el cuerpo hasta creencias falsas sobre su valor nutricional. Así, la leche ha sido injustamente cuestionada, sobre todo por personas en redes sociales y tendencias alimenticias sin respaldo científico.
Para celebrar el Día Mundial de la Leche y reconocer la importancia de este alimento en la alimentación de personas de todas las ciudades alrededor del mundo, hoy te contaremos más sobre estos supuestos mitos sobre la leche y te explicaremos por qué son erróneos. Desmentiremos algunas de las ideas más populares y te contamos qué dice realmente la ciencia sobre esta bebida.

La leche solo es buena para los niños
Esta idea parte del mito que indica que solo los niños necesitan calcio y proteínas para desarrollarse y crecer. La realidad es que los nutrientes que puede aportar son muy importantes para todas las etapas de la vida, ya que contribuyen a la salud ósea, a la masa muscular y al funcionamiento del sistema nervioso. De ahí que esta bebida sea tan importante para adultos mayores.
La leche tiene hormonas dañinas
Uno de los mitos más extendidos es que, debido a que se trata de un producto de origen animal, muchas personas creen que la leche contiene hormonas artificiales que afectan la salud humana. No obstante, en México y muchos otros países, la producción lechera está regulada y no se permite el uso de hormonas sintéticas para estimular la producción en vacas. La leche sí tiene hormonas, pero estas son naturales e inherentes al producto, como en cualquier otro alimento de origen animal. Están presentes en cantidades mínimas y no representan un riesgo para tu salud.
La leche engorda
Un mito común que lleva a muchas personas a eliminar la leche de su dieta sin necesidad. La leche entera suele tener más calorías que la leche semidescremada o descremada, pero también proporciona saciedad, lo que puede ayudar a evitar antojos o excesos al comer. El aumento de peso depende de muchos factores en nuestra alimentación, no de un solo producto. Recuerda que lo importante es consumir alimentos en las cantidades adecuadas y siempre procurando una dieta balanceada.
Si eres intolerante a la lactosa, no puedes tomar ningún tipo de leche
A pesar de la existencia de la leche deslactosada, muchas personas con intolerancia a la lactosa piensan que cualquier tipo de leche de origen animal puede causar molestias al tomarla. No obstante, hay muchas variedades de leche que se pueden tomar de forma segura, ya que tienen muy poca lactosa. Y, sumado a esto, la intolerancia puede variar de persona a persona, y no todos deben eliminar la leche de su dieta completamente.
La leche es mala para los huesos
Este es otro mito popular que indica que la leche puede llegar a causar descalcificación debido a su acidez, pero actualmente no existe evidencia científica confiable que respalde esta teoría. Todo lo contrario: múltiples estudios han demostrado cómo su consumo moderado puede proteger al organismo de enfermedades óseas, ya que se trata de una excelente fuente de calcio, fósforo y vitamina D (cuando está fortificada), elementos clave para mantener nuestros huesos fuertes.