En tiempos de guerra, la alimentación se convierte en un recurso estratégico. Durante la Segunda Guerra Mundial, las tropas necesitaban alimentos que no solo saciaran el hambre, sino que también fortalecieran su salud. En este contexto, una fruta tropical originaria de América, se destacó por su alto contenido de vitamina C y colágeno.
Pese a su pequeño tamaño, esta fruta es una potencia nutricional. Su pulpa dulce y aromática esconde propiedades que la convirtieron en un recurso valioso durante el conflicto bélico. En aquel momento las naranjas eran escasas, por lo que buscaron alternativas que ofrecieran nutrientes esenciales para mantener la salud de los soldados.
Hoy en día, esta fruta sigue siendo una aliada para quienes buscan fortalecer su piel, huesos y articulaciones. Su consumo regular puede contribuir a una mejor producción de colágeno, esencial para mantener la juventud y vitalidad del cuerpo. Además de mejorar el sistema inmunológico.

La fruta en tiempos de guerra
Hablamos de la guayaba. Durante la Segunda Guerra Mundial, la guayaba fue utilizada en forma de puré para fortificar las raciones de las tropas, gracias a su alto contenido de vitamina C, que puede llegar hasta 273 mg por cada 100 gramos de fruta, superando ampliamente a la naranja . Esta vitamina es crucial para la síntesis de colágeno, una proteína esencial para la salud de la piel, los huesos y los tejidos conectivos.
Además de la vitamina C, la guayaba contiene otros nutrientes importantes como vitamina A, hierro, calcio y fósforo, que contribuyen al fortalecimiento del sistema inmunológico y la prevención de enfermedades . Estos beneficios la convirtieron en un alimento estratégico durante el conflicto.

Cómo incorporar la guayaba en la dieta actual
La guayaba es una fruta versátil que se puede consumir de diversas formas. Se puede comer fresca, en jugos, batidos, mermeladas o incluso en ensaladas. Para aprovechar al máximo sus beneficios, se recomienda consumirla con cáscara, ya que es donde se concentra la mayor parte de la fibra y la vitamina C.
Una opción interesante es la gelatina de guayaba, que se elabora hirviendo los huesos de la fruta para extraer el colágeno, y luego se deja enfriar hasta que adquiere una consistencia gelatinosa. Esta preparación es una forma natural y deliciosa de fortalecer la piel y las articulaciones.