En el corazón de la península de Yucatán, entre cenotes, selvas y pueblos llenos de historia, crece una fruta poco conocida pero llena de propiedades: el caimito. Esta fruta, también llamada “manzana estrella” por la forma que muestra al partirla, ha sido parte de la alimentación tradicional de varias comunidades mayas por generaciones. Además de su sabor dulce y refrescante, es valorada por sus beneficios nutricionales.
Esta fruta también es conocida en Ecuador y Colombia como cauje, en Brasil como abiu y en Costa Rica caimo. En los últimos años, el caimito ha comenzado a ganar atención más allá de las fronteras del sureste mexicano, gracias a su potencial en la prevención de enfermedades como la diabetes.

Beneficios del caimito
El caimito contiene flavonoides y antioxidantes naturales que ayudan a mejorar la sensibilidad a la insulina y a reducir el estrés oxidativo, dos factores claves en la prevención de la diabetes tipo 2. Además, su contenido de fibra contribuye a una digestión más lenta de los azúcares, evitando picos de glucosa en la sangre después de comer.
También es una fuente de vitamina C, calcio y hierro, lo que lo convierte en una fruta ideal para fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la salud ósea. Gracias a su bajo índice glucémico, puede ser consumido incluso por personas que ya viven con diabetes, siempre con moderación y dentro de una dieta equilibrada.

¿Cómo puede consumirse el caimito?
El consumo del caimito puede hacerse fresco, directamente al partir la fruta, o en preparaciones como aguas frescas, mermeladas o incluso como parte de ensaladas. Aunque no es fácil de encontrar en supermercados convencionales, es común hallarlo en mercados locales de Yucatán o durante su temporada entre marzo y mayo.